Acompañados por sus abogados querellantes, varios heridos graves durante aquella represión, como Martín Galli y Paula Simonetti, visitaron a la juez para pedirle que el ex comisario Orlando Oliverio y los oficiales Carlos José López, Eugenio Figueroa y Roberto Emilio Juárez, sean juzgados por “tentativa de homicidio” y no por “abuso de armas” en torno, precisamente, a las heridas de bala que ambos jóvenes sufrieron.
Los fiscales de la causa, Luis Comparatore y Patricio Evers, entendieron que tras la instrucción “no cabe ninguna duda” que los imputados fueron quienes dispararon balas de plomo contra la manifestantes. En el lugar murió Alberto Márquez, y por ese hecho los cuatro policías serán juzgados por homicidio.
Galli y Simonetti, en tanto, viven todavía con balas de plomo en sus cuerpos. Hoy le manifestaron a la magistrada que sus atacantes intentaron asesinarlos.
Además, los querellantes le pidieron a la juez que acuse al ex presidente De la Rúa por homicidio culposo, algo que, en rigor, la juez ya rechazó en su momento; los fiscales apelaron y la causa volvió a la Sala I de la Cámara Federal, que deberá decidir.
Por ahora, la juez elevó a juicio oral la acusación contra el subcomisario Omar Bellante y el detenido coronel retirado del Ejército Jorge Eduardo Varando, acusados de encubrir y cometer respectivamente el homicidio del joven Gustavo Ariel Benedetto, frente a la sucursal del Banco HSBC en la avenida de Mayo y Chacabuco, también en la tarde del jueves negro.