El 11 de marzo del año pasado, Menéndez fue interrogada bajo juramento por el Tribunal Oral Federal 3 sobre una conversación telefónica que el 4 de abril de 1997 mantuvo con el abogado Mariano Cúneo Libarona, por entonces defensor del ex policía Juan José Ribelli, acusado como “partícipe necesario” del atentado.
Poco tiempo después, estalló el escándalo por el video que desapareció del despacho del juez Juan José Galeano, donde se registraba una conversación del magistrado con otro acusado, el reducidor de autos Carlos Telleldín. Como el vídeo volvió al juzgado de la mano del propio Ribelli, él y Cúneo terminaron procesados por “coacción”.
En la charla telefónica que mantuvo con el defensor la ex interventora le preguntaba al abogado qué había hecho “el muchacho” (presuntamente Ribelli) con el “elemento en cuestión” (el video).
Al dar explicaciones sobre esa conversación ante el Tribunal la ex interventora del PAMI dijo que se trató de un “diálogo sordo” porque él hablaba de una cosa y ella de otra.
“Yo usaba una manera eufemística para hablar de los problemas de Cúneo, no me puedo acordar por qué le dije lo que le dije” dijo Menéndez en el juicio oral, pero no convenció a los jueces y quedó detenida una noche.
Luego, el juez Urso la procesó, pero ahora los camaristas de la Sala II indicaron que del fallo de Urso “no se desprende el valor meritorio queasigna al testimonio” de la mujer y agregaron que “la escasa prueba resulta insuficiente” para el dictado del procesamiento.
Para los camaristas “ninguno de los dos entendió demasiado al otro” en la escucha teléfonica cuestionada. “Si bien la conversación genera dudas en torno a su conocimiento sobre el tema tratado no menos cierto es que, al menos a esta altura, tal extremo no ha permitido avanzar más allá del grado de sospecha que generó su llamado a indagatoria", indicaron.