En su sentencia el tribunal afirmó que los ladridos “provocan una contaminación acústica importante porque se trata de sonidos agudos, impredecibles y repetitivos” según reprodujo el español “Diario de León”.
El denunciante presentó como prueba de las molestias una serie de videos. Además, los dichos del denunciante fueron ratificados por otros vecinos y por miembros de la Guardia Civil de Segovia que en un acta que realizaron en la que se afirma que los perros lanzaban ladridos “de forma continua, agudos y fuertes”.
Además del pedido para que retire a sus seis perros de raza podenco andaluz la denuncia incluía una indemnización de 15.000 euros. Sin embarg esta parte del reclamo no prosperó ya que según la Audiencia era difícil cuantificar económicamente las molestias que los caninos causaban.