La superpoblación carcelaria y la existencia de presos que lideran rebeliones y organizaciones delictivas son dos de los aspectos que más preocupan al sistema penitenciario de Brasil. Así lo destacó Andre Luiz de Almeida e Cunha, Director de Políticas Penitenciarias de ese país, que la semana pasada visitó la Argentina en el marco del segundo encuentro sobre la tutela de los derechos en las cárceles, realizado en la facultad de Derecho de la UBA.
De Almeida explicó que el mayor problema penitenciario de su país es la superpoblación de presos, pero aclaró que el primer paso en la incorporación del Servicio Prisional Federal está siendo destinado a suprimir a los líderes que desde adentro de las cárceles organizan rebeliones y manejan organizaciones delictivas.
“En nuestro país hay mas de 420 mil presos para un poco mas de 262 mil lugares, distribuidos en 1052 establecimientos penitenciarios; casi un 80 por ciento de más de la capacidad”, dijo De Almeida.
En Brasil, la legislación carcelaria data desde 1974, momento en el que también se previó la creación de un sistema penitenciario federal. Pero el mismo, recién comenzó a implementarse en julio de 2006, ya que hasta ese momento solo existían los sistemas estaduales.
El funcionario brasilero explicó que “en la primera fase se crearon 5 penitenciarias federales, una en cada región geopolítica del país, con 208 vacantes cada una”. Y remarcó que el criterio para ubicar esas cárceles no fue cuantitativo sino cualitativo. “Son cualitativas porque se destinan a los presos más peligrosos de todo Brasil, esos presos cuando están en los sistemas estaduales son capaces de liderar rebeliones e inclusive comandar crímenes desde adentro de la prisión”, dijo De Almeida.
Por eso, indicó que los internos son removidos de los estados y colocados en las nuevas penitenciarias federales. Mientras que agregó que “en esta transferencia no prevalece un criterio para que queden cerca de sus familias, porque sino seguirían ejerciendo su liderazgo. Lo que prevalece es el interés público”.
La segunda fase de incorporación del Sistema Prisional Federal comenzará en 2008 y tendrá la construcción de una penitenciaria en cada estado de Brasil, con 500 vacantes cada una para atender a los presos que tengan causas federales.
Por otra parte, De Almeida explicó como funciona en su país el millonario fondo penitenciario federal, destinado desde 1994 a construir y remodelar cárceles, capacitar al personal, comprar equipos de seguridad, organizar eventos para intercambio de información con otros país, entre otras cosas.
Esta novedosa práctica, que es de naturaleza contable y que integra el presupuesto fiscal, es alimentado por porcentuales de todos los sorteos de las loterías, que varia del 1 al 3 %; y la recaudación de todas las multas que imponen los jueces en los procesos.
“Es un fondo que recibe dinero en todas las semanas. Entre 1994 y 2006 recaudo cerca de 1.630 millones de reales”, explicó De Almeida, que destacó que uno de los principales logros fue la construcción de 74 mil nuevas celdas.
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