En la Argentina las operaciones de resignación de sexo anatómico están prohibidas por la ley 17.132 (sancionada en enero de 1967, durante el gobierno de facto del general Juan Carlos Onganía), salvo expresa autorización judicial. Esta excepción, se dio en el caso de “Nati”, quien a los 13 años confesó que se sentía una mujer en un cuerpo de hombre.
El caso se conoció en el 2004, cuando los padres del adolescente, se presentaron ante la Justicia para reclamar que se le permitiera el cambio de sexo a su hijo, luego de manifestar que habían consultado con especialistas que afirmaron que todo, menos el cuerpo del joven, correspondía a una mujer.
La lucha judicial culminó cuando el Comité de Bioética del Poder Judicial de Córdoba, integrado por ocho profesionales de distintas disciplinas, recomendó en agosto la realización urgente de la cirugía, considerando que la vida de “Nati” se hallaba en situación de riesgo por la autoagresión que generaba su disforia de género o síndrome de Harry Benjamín.
La patología, diagnosticada por prestigiosos profesionales del país, y rectificada por los peritos de la parte, fue confirmada por el comité. Finalmente, la Justicia autorizó luego de 3 años, el cambio de nombre legal y la operación de cambio de sexo, que fue realizada con éxito en una clínica privada de la ciudad de La Plata. Es la primera operación de este tipo que se permite a un menor en el país.
“Nati”, con tan solo 17 años, es uno de los tantos ejemplos de personas con patologías relacionadas a la sexualidad cuyos padecimientos, en reiteradas ocasiones, parecieran ser ignorados por los tribunales argentinos.
El Poder Judicial de Córdoba sentó un precedente en este tipo de causas, consagrando el derecho a la salud y a la integridad física.