El Departamento de Justicia, que formalmente responderá a la apelación de Microsoft antes del 14 de agosto según un acuerdo de procedimiento rápido alcanzado con la empresa, quiere que la Corte Suprema se haga cargo del caso sin enviarlo primero a un tribunal de apelaciones. La idea del gobierno es evitar las dilaciones que inevitablemente se producirán si el caso recorre todas las instancias del sistema judicial norteamericano. A la velocidad en que se mueve el negocio de la informática, estas demoras podrían ocasionar que la cuestión a tratar se vuelva abstracta o poco relevante.
Sin embargo, no se espera que la Corte Suprema diga, por lo menos hasta septiembre, si aceptará revisar directamente el caso o lo enviará a la corte de apelaciones.
"La importancia de estos casos no residirá en la rapidez con que se resuelvan sino en su efecto a largo plazo sobre los consumidores y la economía de esta nación", dijeron a los jueces los abogados de Microsoft.
"Permitir que estas apelaciones sigan su camino normal hacia el tribunal de apelaciones servirá a esos intereses de la mejor manera", agregó la presentación.
La apelación de 30 páginas, con un apéndice de 312 páginas, enumeró ocho asuntos de la ley antimonopolios que los jueces deberían considerar si optaban por aceptar la revisión directa.
Entre ellas figuran si el diseño por Microsoft de sus sistemas operativos Windows 95 y Windows 98 de manera que incluyan funciones que permiten acceder a Internet constituía una violación inherente de las leyes antimonopolio federales y estatales.