En diálogo con DiarioJudicial.com , el abogado Norberto Quantin sostuvo que “un violador presenta una deformación psíquica” y explicó que “las soluciones físicas no siempre son apropiadas”.
“La castración no es (algo) normal”, manifestó Quantin quien desconfió sobre la posibilidad de que la medida pueda implementarse tanto en la provincia de Mendoza como a nivel nacional.
El plan prevé limitar beneficios para reclusos condenados por violación, trabajar en un plan tecnológico de control de condenados con pulseras satelitales y la creación de un comité interdisciplinario que contenga a los menores de edad víctimas de delitos sexuales. Las medidas requerirán una serie de reformas al Código Procesal Penal de esa provincia.
Debido al incremento de los delitos sexuales en Mendoza, el gobernador Jaque anunció un mes atrás que su administración estudiaba impulsar la castración farmacológica como una manera de detener esos delitos. Pero los especialistas consideraron que esa iniciativa “no soluciona el problema” y aclararon que hace falta aplicar un tratamiento integral “que sea interdisciplinario y que abarque todos los aspectos, no sólo el químico”.
Tras las recomendaciones profesionales, el mandatario provincial sustituyó el término “castración” y en su lugar se refirió al “tratamiento integral” para los violadores.
El plan mendocino prevé la entrega de una pulsera satelital para controlar a quienes quedan en libertad durante el cumplimiento de su pena y también admite la posibilidad de castración voluntaria para los reclusos que lo requieran y la reforma de la ley provincial 3.645 para que no se indulten, rebajen o conmuten penas a condenados que no hayan optado por este programa, creado precisamente para disminuir la reincidencia.
Los especialistas consultados por Jaque plantearon en su informe la necesidad de que este tipo de delitos sea considerado “imprescriptible” cuando se trate de hechos cometidos contra menores de edad.
Sobre este punto, Quantin dijo acordar en general con la idea aunque advirtió que la violación “es uno de los delitos más difíciles de reformar y tiene las tasas más altas de reincidencia”.
Foto Télam: Gobernador de Mendoza, Celso Jaque