La medida impide la discrecionalidad en el traslado de los internos que cursan carreras universitarias, en el marco del Programa UBA XXII que da clases en las cárceles, y fue tomada este jueves por el ministro de Justicia, Julio Alak.
“Las personas inscriptas al Programa UBA XXII permanecerán alojadas en la unidad que desarrollen sus actividades académicas siempre que no medie decisión judicial en sentido contrario, petición de parte, aprueben dos materias por año lectivo, y/o no registren sanciones graves durante el último semestre, o haber participado en un hecho de agresión física a otros internos o personal”, establece el artículo primero de la resolución a la que accedió Diariojudicial.com.
También ordena que los internos podrán pedir su traslado a cárceles donde se dicten carreras en donde están detenidos no se cursan. “La administración penitenciaria deberá arbitrar los medios para garantizar dicho traslado. En caso contrario deberá dar fundamento de su rechazo por escrito”, obliga el Ministerio al Servicio Penitenciario Federal.
Por último, se dispone que el director de una unidad penitenciaria debe autorizar a los presos que están sancionados a poder presentarse a una mesa examinadora si el interno lo requiere a pesar del castigo vigente.
La educación en las cárceles comenzó a dictarse en 1986 cuando se creó el Centro Universitario Devoto (CUD), donde se dictan carreras universitarias como abogacía, sociología, psicología, economía, administración, además de talleres especiales y la primaria y el secundario.
Los voceros consultados sostuvieron que la medida busca garantizar el acceso a la educación y que se termine la discrecionalidad en traslados de presos por parte del SPF.
El año pasado la UBA denunció que en la Justicia que un grupo de presos que formaban parte del CUD fueron llevados de Devoto a otras cárceles por una presunta fuga que estaban organizando. Los internos trasladados eran quienes asesoraban a otros detenidos en la presentación de habeas corpus. Finalmente, todos volvieron a Devoto.
El CUD surgió en el marco del Programa UBA XXII “destinado a satisfacer los requerimientos de estudios universitarios y de actividades extracurriculares para las personas alojadas en establecimientos dependientes del Servicio Penitenciario Federal”.
Actualmente el estudio universitario en las cárceles federales se extendió a otras seis unidades penitenciarias, como Ezeiza y Marcos Paz.