La Sala en lo Contencioso Administrativo del Máximo Tribunal del país ibérico ratificó así la decisión que adoptó antes el Consejo General del Poder Judicial. El “Supremo” consideró a la desatención como “muy grave, injustificada y reiterada”.
La protagonista, que dentro de 365 días volverá a dictar sentencias en la mejor forma –en términos físicos, no jurídicos-, es la jueza María Jesús García Pérez, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Collado-Villalba, en Madrid.
El Tribunal Supremo criticó la “contumacia” de la magistrada en eludir sus obligaciones con excusas que consideró “inadmisibles”, y añadió que su acalorada y esforzada conducta rozó los límites de una posible infracción penal, debido a que propició que un detenido estuviera “24 horas privado de la libertad de modo ilegal y sin resolver sobre su situación procesal”.