Hernán Ordiales miró a los consejeros, movió la cabeza con una mueca de incredulidad, con la mirada resignada. El consejero e integrante de la Comisión de Disciplina no creía que su pregunta hubiera sido contestada. Enfrente, al otro lado de la mesa, el secretario general de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, Gustavo Bocanera, trataba de eludir los embates de los consejeros oficialistas acerca de cómo se sortearon los expedientes y las subrogancias de los juzgados 1y 7 del fuero.
Con ese clima reinante, este jueves, la declaración testimonial de Bocanera dejó a los consejeros oficialistas con dos elementos para continuar su denuncia contra magistrados de la Cámara y juzgados de primera instancia, ya que admitió que, efectivamente, existieron las licencias solicitadas por los jueces en los días en los que se realizó un Congreso en Miami y que motivó una denuncia de parte del Gobierno Nacional.
En concreto, se recusó a Francisco de Las Carreras, a quien se acusó de viajar con los gastos financiados por el Grupo Clarín. El problema reside, además, en que la Sala de la que es vocal tramita un caso relativo a la inconstitucionalidad de la Ley de Medios.
Pero, por otra parte, la declaración de Bocanera también dio una certeza que el oficialismo estaba esperando. El secretario de la Cámara afirmó que el sorteo de los juzgados 1 y 7 y sus correspondientes causas se hizo de forma “extraordinaria”. Pero también fue inédita. En palabras del funcionario: “Metimos dos papelitos en dos recipientes, metí la mano, mezclé y saqué los nombres. Primero le tocó a (Raúl, por el juez) Tettamanti el juzgado 1 y luego a (Francisco de Asís, por su colega) Soto el 7”.
Para terminar, y luego de ser interrogado al respecto, afirmó que este sistema “nunca se había utilizado” en toda la historia de la Cámara. De esta manera, también confirmó que hubo un criterio en el cual el sorteo, aparte de haber sido realizado de forma manual, estuvo reducido a solo dos magistrados. Explicó que fue una previsión de Martín Farrell, integrante de la Cámara y del Tribunal de Superintendencia, órgano que se encarga de estas decisiones.
Farrell había ponderado que esos magistrados eran los que tenían menor carga de expedientes tenían y por ello, y de acorde a que el sistema de subrogancias había hecho colapsar a los jueces por la gran cantidad de trabajo que implicaba, lo mejor era que la decisión se tomara entre los integrantes del fuero que pudieran hacer frente al exceso laboral que suponía cubrir las vacantes.
Esto remitió indefectiblemente a la aclaración que había hecho Carlos Moreno, presidente de la Comisión, respecto de la cantidad de trabajo de los magistrados seleccionados para el sorteo. El consejero había afirmado en el último encuentro, cuando el juez Soto hizo su descargo: “Sin intenciones de contradecirlo”, afirmó Carlos Moreno, “tengo datos de fines de 2010 y comienzos de 2011 que indican que usted había resuelto 261 causas y tenía” más de 9.000 “pendientes”.
dju
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