El jurado número 8 se retira del edificio de tribunales. Mira las largas escalinatas que lo separan de la vereda, donde caminan las personas que no saben que su discrepancia salvó a una persona de ser condenada, acaso injustamente, a prisión. Durante algunas semanas, él tuvo que involucrarse en un caso, soportar la presión de los medios y entender la exigencia de tomar una decisión sobre la vida de otra persona.
Con fragmentos de ese clásico hollywodense, “12 hombres en pugna”, el ministro de Justicia bonaerense Ricardo Casal comenzó su disertación acerca de los beneficios y el trabajo realizado para poner en funcionamiento la ley de Juicio por Jurados, en un evento llevado a cabo este martes en la casa de la provincia, ubicada en el barrio porteño de San Nicolás.
Fue precisamente en alusión a la arquitectura de los espacios físicos del Poder Judicial que el funcionario refirió una de las primeras analogías: el estilo neoclásico, los extensos escalones, la distancia entre el edificio y el ciudadano de a pie que, muchas veces, “con justa razón”, dijo Casal, desconoce los pormenores de un proceso y menos aún lo que expresan las leyes.
El titular de la cartera de Justicia expresó que si bien se realizaron señalamientos sobre qué nivel de participación tendrían, por ejemplo, los abogados, siempre se ponderó que la iniciativa apuntaba a que sea la ciudadanía la que resulte más involucrada. Al mismo tiempo, indicó que esto implica un nivel de compromiso de parte de la gente que sea convocada para estos fines.
Entre otras cosas, Casal también entendió que hay una falta de legislación para lograr que algunos delitos puedan ser juzgados con mayor velocidad. En este sentido, se refirió a los crímenes relativos al narcotráfico que son dirigidos a los juzgados federales, y dejó entrever una suspicacia: aseguró que, “curiosamente”, allí tienen un retardo, cuando todos estos temas podrían pasar a la Justicia provincial para un tratamiento más veloz.
De esta forma recordó que, en Buenos Aires, gracias a la iniciativa de un grupo de integrantes de la administración de Justicia marplatense, se implementó el proceso de flagrancia, donde los hechos de menor monta son juzgados en un corto período de tiempo, evitando excesos de prisión preventiva y demoras en los expedientes.
Más tarde, hizo un recorrido por la evolución del Juicio por Jurados, destacando que todo comenzó en una isla adyacente a Gran Bretaña, y se preguntó cómo pudo hacer un sistema tan recóndito para llegar hasta nuestro país. Su respuesta fue entre los distintos avances del Derecho en todo el mundo y las diversas aplicaciones que los pueblos hicieron de las normas, como si se tratase de una clase universitaria, vale decirlo, muy amena.
Los puntos destacados de la iniciativa fueron que una decisión de absolución de parte del Jurado es inapelable, mientras que si existiera una condena se puede replicar, aumentando las instancias para que el caso sea revisado. Las personas participarán de esta experiencia en casos de gravedad, donde las condenas sean mayores a 15 años.
La normativa sancionada el año pasado también establece que los integrantes de este sistema no constituirán un “tribunal colegiado ni un juez o tribunal letrado de los aludidos por los artículos 168 y 171 de la Constitución Provincial”, al tiempo que deberán representar a “los diversos sectores existentes en la comunidad”.
dju
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