El instrumento fue llevado a la firma de Carlos Menem dos días antes de la entrega del mando presidencial a Fernando de la Rúa pero el ex mandatario la devolvió al ministerio de Justicia de donde trascendió su contenido.
Se trata de un viejo proyecto que pretende imponer el Procurador General, Nicolás Becerra con el apoyo de fiscales tan disímiles ideológicamente como Norberto Quantín, Maximiliano Rusconi o Mirna Goransky.
Para la conformación de las fiscalías de distrito en la Ciudad de Buenos Aires, se contempla la unificación de las fiscalías correccionales, con las de instrucción, tanto de mayores como de menores, en las denominadas fiscalías penales de la Ciudad de Buenos Aires que tendrán la totalidad de la competencia penal ordinaria.
El principal impulsor de este diagrama judicial es el actual procurador general de la Capital federal, Luis Cevasco, quien supo ser fiscal general de la Procuración nacional y un hombre de gran predicamento en instancias de lo que hasta el 10 de diciembre era la oposición.
En su artículo primero se prevé una organización para el ministerio Público Fiscal compuesta de fiscalías distritales que tendrán un fiscal general y los fiscales que correspondan según la ley. En Buenos Aires se prevén 36 fiscalías de distrito.