F) DIFICIL

Resultará para los representantes de la Alianza –oficiales y no oficiales- ante el Consejo de la Magistratura impulsar el recorte en la Justicia a menos que den la misma señal que los legisladores que se recortaron las dietas en un 12 por ciento. Por otro lados estos mismos consejeros -en tiempos de oposición- le habían dado el sí al combativo Julio Piumatto –cada día con mas gravitación en el entorno del disidente Hugo Moyano- cuando planteó el reescalafonamiento salarial para los empleados judiciales. La crudeza de la crisis ha puesto al desnudo otra de las imprevisiones de este organismo creado por urgencias electorales y especulación política del Pacto de Olivos. Es que sus integrantes no cobran todos lo mismo pese a igual tarea –principio constitucional- y jerarquía: el presidente cobra como juez de la Corte; los camaristas como tales que los diferencia de los jueces y los legisladores sólo perciben su dieta que también es distinta a los sueldos de los magistrados. Pero los abogados, que vienen de la profesión y en representación de los colegios, se han fijado un ingreso equiparable a un camarista de la Casación Penal, casi como los ministros de la Corte y por consecuencia, superiores al resto. No son pocos los jueces que consideran saludable que en la próxima reforma a la ley de creación de este controvertido cuerpo judicial se establezca un criterio unánime para estas y otras fallas, como la que los jueces deben seguir atendiendo sus juzgados, con lo que se cae en el dislate de que pueden ser inferior o superior al mismo tiempo de un par investigado y por el otro estar bajo posible “extorsión” -cuestiones de superintendencia de por medio- por esa dualidad funcional desfavorable para la transparencia y credibilidad del cuerpo.

hugo morales / dju