Las comisiones de Justicia y Asuntos Sociales de la Cámara Alta belga aprobaron las condiciones de legalidad de la eutanasia después de un año y medio de discusiones y de estudiar más de 200 enmiendas. Será necesaria la certificación por dos facultativos del “sufrimiento físico o psíquico insoportable” del paciente.
La petición del paciente deberá presentarse por escrito, aunque se podrá contar con un testigo capaz de entender y traducir la voluntad del enfermo cuando lo primero no sea posible. Otra novedad del texto es que la solicitud podrá ser retirada en cualquier momento. El médico deberá informar al paciente de los cuidados intensivos existentes.
Según sondeos realizados este año, la decisión de los legisladores del país europeo responde a una realidad de hecho. Un 38 por ciento de los médicos belgas, en su mayoría de medicina general, admiten haber practicado la eutanasia a petición de algún paciente o familiar enfermo terminal; mientras que un 89 por ciento de los facultativos admite también haber abandonado o evitado comenzar un tratamiento con el fin de no prolongar de forma inútil la vida de un paciente.
Las comisiones de Justicia y Asuntos Sociales del Senado aprobaron la redacción final del polémico artículo por 17 votos a favor, 10 en contra y una abstención. Las mayoría de las manos levantadas a favor de la eutanasia correspondieron a senadores de la coalición en el poder, formada por liberales, socialistas y ecologistas, aunque hubo deserciones en el oficialismo y en la oposición, en un asunto que involucra directamente las creencias de cada político.
Para aprobar el artículo se analizaron 230 enmiendas y se realizaron audiciones de más de 40 expertos en los terrenos del Derecho, la Medicina y el Humanismo. Aunque la etapa superada el pasado fin de semana resulta fundamental en el debate, el proyecto de ley no ha hecho sino comenzar a recorrer un camino largo y sinuoso: las dos comisiones del Senado deberán aprobar los artículos restantes, antes de que el proyecto pase al pleno del Senado y a la Cámara Baja del Parlamento.
Además, el texto debe pasar un último filtro, el del Consejo de Estado. Desde la oposición conservadora y social-cristiana, varios parlamentarios ya advirtieron que el texto presenta ambigüedades que podrían hacerlo inservible para la profesión médica. Para equilibrar este desarrollo, los senadores examinan al mismo tiempo un proyecto de ley sobre los cuidados paliativos.
Fuera de la acción de la Justicia
En resumen, el médico que aplique la eutanasia a un paciente en “situación médica irreversible” no estará expuesto a la acción de la Justicia si se cumplen las siguientes condiciones: el paciente es mayor de edad o menor emancipado, está en plenitud de condiciones psíquicas cuando realiza la petición, lo hace tras una reflexión pausada, de forma explícita y reiterada, sin ninguna presión externa, de forma escrita o a través de un testigo y su situación irreversible le provoca un dolor físico o psíquico constante e insoportable.
Aun así, siempre estará a tiempo de retirar su demanda y deberá recibir toda la información sobre los cuidados paliativos que le pueden ser suministrados. Las opiniones médicas deberán ser ratificadas por un médico especialista (según la patología que presente el paciente) que no tendrá vínculos ni con el primer facultativo ni con el demandante de la eutanasia. Si se cumplen estas condiciones, el médico podrá aplicar la eutanasia en un plazo no inferior a un mes desde la primera petición del paciente.
En la vecina Holanda, la eutanasia está parcialmente despenalizada desde mayo de 1994, en condiciones parecidas a las que ahora discute el Parlamento belga, aunque incluyendo una comunicación del médico a un tribunal antes de proceder al acto.
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