En un escrito presentado por sus abogados León Carlos Arslanián y Carlos Alberto Beraldi ante el juez federal Jorge Luis Ballestero, el hombre cercano a Carlos Menem acusó al ahora abogado Bagnasco –que, paradójicamente, actualmente trabaja junto a uno de los defensores del ex presidente- de los delitos de abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público, privación ilegal de la libertad y prevaricato.
En el escrito, Alderete acusó al ex titular del juzgado Criminal y Correccional 7 de utilizar su imagen de paradigma de la lucha contra la corrupción para beneficiar su potencial carrera política. "El inocultable y comprobado afán del magistrado por aparecer ante la opinión pública como adalid en el castigo de los “corruptos” -papel que olvidó personificar durante los primeros seis o siete años al frente de su juzgado- utilizando al periodismo como un verdadero amplificador de sus espectaculares pasos y decisiones procesales, configura una deliberada violación de las más elementales normas a las que un juez debe ajustar su función y que no podía desconocer", afirmó el ex funcionario hoy detenido en una unidad de la Gendarmería como jefe de una asociación ilícita.
Según Alderete, Bagnasco, "valiéndose ilegítimamente de sus facultades (jurisdiccionales), me privó de la libertad ambulatoria; tal maniobra quedó inequívocamente en evidencia con lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación", que consideró arbitraria la resolución de la Sala I (con las firmas de Vigliani e Irurzún) al confirmar el procesamiento de Alderete y negar su excarcelación.
Para los defensores, el presunto delito de prevaricato se constituyó cuando Bagnasco dictó el auto de procesamiento con prisión preventiva por el delito de asociación ilícita poco después de que la Corte Suprema requiriera el expediente para resolver un recurso extraordinario interpuesto por Arslanián para intentar que se revocara el procesamiento por administración fraudulenta.
Según su abogado, "esa resolución llevaba implícita la finalidad de tornar abstracto los recursos que tramitaban ante la Corte y, de esta manera, evitar que la acción delictiva de la privación ilegal de la libertad quedara en evidencia".
En un dura presentación que publica hoy Diariojudicial.com en forma completa, Alderete atacó a Bagnasco al decir que "lanzado explícitamente a la arena política, se preparó para continuar generando hechos resonantes que siguieran abonando su “prestigio” como juez. Ello valiéndose de la causa de referencia y a costa de la libertad y la honra de los justiciables".
Respecto de Vigliani e Irurzun, que confirmaron el 25 de octubre del año pasado la decisión de Bagnasco, Alderete sostuvo que "indudablemente o la sinrazón o el temor a ser criticados por los medios de comunicación debió pesar más en el ánimo de estos magistrados que su deber de impartir justicia".
"Seguramente pensaron que a nadie le habría de interesar que, quien había sido puesto como paradigma de la corrupción en la Argentina estaba bien o mal preso: lo único que les pareció importante fue cuidar su propio pellejo. Por ello no se atrevieron o no pudieron contestar ni siquiera uno solo de los agravios que formuló mi defensa en esa instancia", los acusó el ex interventor en la obra social de los jubilados.
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