Se trata de Mónica Cañete, quien regenteaba un templo umbanda donde se reunían los acusados, y que es hija de la mujer que los denunció.
Cañete había sido traída por la fuerza pública a declarar en el juicio que lleva adelante el Tribunal Oral Federal 4.
Se trata de una causa iniciada a raíz de los allanamientos que efectuó el juez federal Juan José Galeano, en el marco de las investigaciones por el atentado contra la AMIA.
Cañete aseguró que su madre, Elba Fernández, había sido "amante" del comisario Angel Salguero a quienes los militares acusan de haber "armado" la causa para desviar la atención en torno al ataque a la AMIA.
A los ex militares se los juzga por los delitos de asociación ilícita, tenencia y acopio de armas de guerra, que pertenecían al Ejército y que luego eran vendidas a bandas de delincuentes.
Entre ello se encuentran el ex dirigente del Modín Jorge Pacifico y el ex suboficial Juan Carlos Coppe.
Durante la instrucción, a cargo de Galeano, Cañete había acusado a Coppe de dedicarse al tráfico de armas, pero hoy se desdijo al sostener que "jamás vio armas ni explosivos" en la casa del ex militar.
Es más, durante la audiencia de hoy sostuvo que Salguero se presentó una vez en su domicilio de Paso del Rey y le reprochó "tener trato con la gente que causó la explosión de la AMIA".
En reiteradas ocasiones y mientras se daba lectura a su anterior declaración la mujer repitió "yo no dije" eso, por lo que al término de la declaración el tribunal ordenó su detención.Cañete quedó a disposición del juez federal Jorge Urso.
En las primeras semanas del juicio, Pacifico acusó a Salguero de haberlo sometido a sesiones de torturas para que asumiera su responsabilidad en la causa AMIA.
También dijo haber visto durante esas sesiones en la Brigada de Quilmes al ex comisario Juan José Ribelli, uno de los principales acusados de haber entregado la camioneta Trafic utilizada como coche bomba para cometer el ataque terrorista.
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