Menem, a través de sus abogados Oscar Salvi y Carlos Novak, denunció a Caselli por “falso testimonio” y recordó en esa presentación que los dichos del ex embajador ante la Santa Sede fueron utilizados por el juez federal Jorge Urso para fundar los cargos por el delito de asociación ilícita que se le imputaron en junio pasado.
Asimismo, aseveró que con sus dichos el ex embajador “indujo a engaño” a dos jueces federales a través de declaraciones “mendaces”.
En la denuncia, que quedó radicada en el juzgado federal 7, Menem hizo referencia a las contradicciones en las cuales habría incurrido Caselli a partir de 1998 respecto del referido hecho, originado en las palabras del ex ministro de Defensa Oscar Camilión, quien de acuerdo con una publicación periodística, había dicho: “Caselli me dijo: preferimos que mantenga a Luis Sarlenga al frente de Fabricaciones Militares” .
En respuesta a esas afirmaciones periodísticas, Caselli negó cuatro días después haber hecho esa gestión ante Camilión, la que desmintió en forma “rotunda y terminante”.
Al ampliar su declaración indagatoria ante el juez Urso, Camilión, en respuesta a una pregunta del fiscal Carlos Stornelli, dijo que no se había efectivizado la renuncia de Sarlenga porque su permanencia en el cargo le había sido requerida por Caselli, quien por entonces era titular de la Subsecretaría de Acción de Gobierno y que ese pedido había sido por vía telefónica.
Ahora bien, en su descargo por escrito –benefició que le fue concedido por sus nuevas funciones—Caselli aseguró en mayo de este año que había sido Menem quien le dijo ”que lo llamara al ministro de Defensa (Camilión) para decirle de su parte que lo dejara a Sarlenga al frente de Fabricaciones Militares”, dichos que ratificó en el juzgado del fuero en lo Penal Económico 3 , a cargo de Julio Speroni, quien investigaba por entonces sólo el contrabando de las armas.
En su presentación, Menem enfatizó que el hecho relatado por Caselli “es falso” ya que “nunca le solicité que le comunicara al doctor Camilión nada. Mucho menos que dejara a Luis Sarlenga al frente de Fabricaciones Militares”.
Por otra parte, el ex mandatario advirtió que de los dichos de Camilión se desprende que fue Caselli quien le efectuó el pedido por vía telefónica y no la versión que el actual funcionario del gobierno de Carlos Ruckauf relató en su escrito, en la que hace referencia a un encuentro providencial en la casa de gobierno entre ambos.
Menem aprovechó para pasar factura a su desleal funcionario al recordar que había sido él mismo quien en su momento dijo que “todos los que están en política eran unos ilustres desconocidos. Empezaron a ser conocidos con Menem y en la vida hay que tener gratitud”, para espetarle luego que Caselli “se ha pronunciado con falsedad en dos oportunidades en dos procesos penales en mi perjuicio”.
Al respecto, sostuvo que el ex funcionario de su gobierno, que en ese momento se desempeñaba junto a Eduardo Bauzá en la Secretaría General de la Presidencia, “indujo a engaño por lo menos a uno de los jueces desviando la recta administración de justicia”, ya que “el contenido de las declaraciones mendaces ha tenido virtualidad suficiente para gravitar en la decisión del juez Urso”.
En esa línea de razonamiento, el ex mandatario recordó que los dichos de Caselli fueron utilizados como “prueba de cargo” al momento de resolver su situación, cuando el magistrado que investigaba en la causa armas dictó su procesamiento “y prisión preventiva en orden a los delitos de asociación ilícita en carácter de jefe y falsedad ideológica de los decretos” trabando embargo sobre sus bienes por tres millones de pesos.
Fue a partir de esos dichos que Urso, según entiende el denunciante, llegó a la conclusión que Menem era quien tomaba las máximas decisiones en la organización, y que ese fue el motivo de su intervención para retener a Sarlenga, ante una gestión de su asesor Emir Yoma.
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