El comisario inspector Alfredo Luis Franchiotti es desde el mismo miércoles el centro de todas la miradas y varios interrogantes.
A la hora de historiar su fojas de servicio, Diariojudicial.com encontró un dato al menos inquietante: en 1996, Franchiotti secundó a Juan José Ribelli en la poderosa Brigada de Sustracción de Automotores de la Bonaerense, repartición que el sindicado partícipe necesario del atentado contra la AMIA encabezó hasta que fue detenido, en julio de 1996.
En 1994, Franchiotti llegó a subcomisario y luego de una breve estadía en la comisaría 4° del Partido de la Costa pasó a la Brigada de Investigaciones de Quilmes, a secundar al entonces ascendente Juan José Ribelli, quien llegó para dirigir esa repartición desde otra brigada, la de Lanús, donde era jefe de Operaciones.
Ya en 1996, Franchiotti pasó con su nuevo jefe a la Brigada de Sustracción de Automotores, una división con jurisdicción en toda la provincia.
Así se llega al 12 de julio de 1996, cuando la investigación del caso AMIA se fue cerrando sobre Ribelli y su gente y el juez Galeano se reúne en la ciudad de La Plata con la cúpula de la policía provincial y le comunica que el poderoso comisario sería detenido junto a algunos de sus hombres y otros efectivos de la Brigada de Vicente López.
Ribelli se entera de la reunión en La Plata y frenéticamente comienza a llamar a sus hombres desde su teléfono celular, intervenido por la SIDE. Así, el nombre de Franchiotti aparece varias veces en boca del sindicado partícipe necesario del atentado terrorista.
“Por que no lo llamás a Franchiotti, que se vaya de una corrida a tu casa...” le sugiere Ribelli a Raúl Ibarra, otros de los supuestos partícipes del atentado, en una de las escuchas en la que Ribelli esta organizando cómo y dónde se entregarán, y sugiere que todos se nieguen a declarar.
En otro pasaje, Ribelli le advierte a Ibarra que le había pedido a Franchiotti que ubicara a Albarracín porque “la idea es que nos presentemos todos”.
Los fiscales del caso AMIA incorporaron estas escuchas en el requerimiento de elevación a juicio de Ribelli, Carlos Telleldín y los otros policías bonaerenses entendiendo que de las mismas se desprende que Ribelli sabía que lo buscarían por el caso AMIA, y uniformó a sus dirigidos en un único discurso en el momento de ser interrogados por la justicia.
No son las únicas escuchas en la que Franchiotti aparece nombrado. Investigadores del caso AMIA confirmaron a este diario que el comisario inspector ahora detenido por homicidio habla en otros casetes con Ribelli sobre “arreglos” varios a los que se debían llegar con delincuentes presuntamente “monitoreados” por la Brigada, o con comerciantes e industriales pequeños a cambio de protección.
De cualquier forma, las fuentes confirmaron que aunque fue investigado, de las escuchas telefónicas y otras constancias no surgieron elementos que ligaran a Franchiotti con la causa AMIA.
En otra de las fotos que lo condenan de antemano, Franchiotti aparece arrastrando a uno de los piqueteros asesinados en el hall de la estación Avellaneda hacia la calle. Se trata, al menos, de una primera maniobra de encubrimiento y destrucción de pruebas. Operatoria que es moneda corriente en el caso que tiene a quien fuera su jefe como uno de los procesados fundamentales.