"No me siento un delator y no pasé ninguna lista. No tengo amistad con ese
golpe cívico militar", dijo el ex diputado nacional una vez que conoció el contenido
del fallo "Es una burrada esta sentencia, no tiene fundamento jurídico", agregó.
En los años previos al golpe militar del 76, Rigatuso fue director del colegio
secundario que depende de la Universidad nacional de Córdoba y desde entonces
se lo acusa de haber confeccionado listas de los adolescentes "subversivos",
muchos de los cuales desaparecieron y entre los que se encontraba la hija embarazada
de Sonia Torres.
La abuela calificó a Rigatuso de "delator" en una entrevista periodística,
lo que derivó en la querella por calumnias e injurias seguida en su contra y
que culminó con el resultado conocido.
Si bien en los ámbitos políticos y sociales de Córdoba se descontaba el fallo
sorprendió la posición del juez Druetto quien puso de manifiesto que de todo
lo expuesto en la causa "se debe dar por cierto la existencia de esas listas
y que las mismas fueron remitidas por Rigatuso a los Servicios de Seguridad,
toda vez que según las expresiones de los testigos ya reseñadas, fueron citados
por él como padres de los alumnos, y tenía una lista en la mano y les efectuaba
la advertencia de mandar esas listas a los servicios de seguridad, y luego se
da la coincidencia de la persecución y posterior desaparición de estos alumnos",
agregando que durante el proceso de substanciación de la causa "ha quedado
plenamente acreditado con el grado de certeza requerido que las listas (de estudiantes)
existieron, que fueron confeccionadas por Rigatuso y que llegaron a las fuerzas
de seguridad" en la época del proceso militar.