En ese sentido, el gobernador reiteró su iniciativa y recalcó una vez más que en la provincia se torna imperioso sacar entre 5 o 10 mil policías más a la calles con el fin de controlar la creciente ola de inseguridad en el conurbano, producto de “la crisis” que azota al país.
Respecto de su controvertido plan, expresó que hasta el momento se están construyendo "seis cárceles” pero remarcó que mientras terminan esas obras tiene la intención de sacar a presos de las cárceles y ponerlos en los containers.
Además, se preocupó en aclarar que el tema de los containers “nació mal desde el punto de vista de la comunicación” y explicó que la palabra container se asocia con “un cajón que no tiene nada arriba” y en realidad, expresó, que “lo único que tiene de similitud es el tipo de material”.
También, arremetió contra los que se oponen a su plan y manifestó que estos "piensan que todo lo que hace la gente del Estado es para violar un derecho humano o corromperse” y apuntó que hubo críticas de gente que “no tiene la menor idea de lo que está hablando y que reacciona frente a una palabra que creen que implicaría meter en baldes a los presos".
En tanto, defendió su plan y aseveró que el mismo "no tiene nada que ver con esa" idea de "encerrarlos en un balde" al tiempo que asumió las culpas en las fallas de comunicación que tuvo el proyecto.