Dumas, cuyo verdadero nombre es Enrique Rodriguez fue condenado por el Tribunal Oral en lo Federal Seis por el delito de defraudación a la Administración Pública, tras un juicio en el que se ventilaron las irregularidades cometidas por el interprete de música ciudadana cuando estuvo al frente de esa obra social en 1989.
En la sentencia, los jueces Juan María Torino, María del Carmen Roqueta y José Valentín Martinez Sobrino ironizaron al sostener que la gestión de Dumas dejó a la entidad “fané y descangayada”, parafraseando a Enrique Santos Discepolo autor del clásico “Yira, Yira”.
Los camaristas que analizaron la conducta del cantor también lo condenaron por "negociaciones incompatibles con la función pública" y "utilización de documentosprivados falsos".
Durante el juicio se ventiló la “simulación de un convenio” entre la OSAV y la farmacia "Santa Fe" por el cual la entidad abonaba facturas apócrifas "por prestaciones inexistentes"; y otras contrataciones con empresas de las que Dumas era accionista.
Además se le endilgó la designación como Director de Coordinación Médica de la OSAV a Carlos Morcaldi, amigo del cantante, quien "no tenía título habilitante para ejercer la medicina", incurriendo, de esa manera, en incumplimiento de sus deberes y encubrimiento.
Por su parte, Marcelo Horacio Matamoro, otro de los acusados y vinculado a Dumas, fue beneficiado oportunamente con la suspensión del proceso a prueba ("probation").
Los magistrados destacaron en la sentencia de mas de doce carillas lo actuado por la fiscalía, pero criticaron a la juez María Servini de Cubría por lo dilatado de la instrucción a la que consideraron "innecesariamente extensa" ya que se extendió por más de una década, conspirando con “una optima administración de justicia”, según sostuvieron.
"La poca seriedad de la instrucción llevada adelante en la presente causa es similar al modo en el que se manejaban los fondos públicos durante la gestión Dumas al frente de la OSAV, lo que acabó con la desaparición de la Obra Social y la liquidación de sus activos", señalaron los magistrados.
Los camaristas consideraron que había que condenar a Dumas "por considerarlo penalmente responsable de los delitos de defraudación a la administración pública, mediante la utilización de documentos privados falsos, en concurso real con el de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública, reiteradas en dos oportunidades", delitos por los que le impusieron la pena de dos años y seis meses de prisión, cuyo cumplimiento se dejó en suspenso, e inhabilitación especial perpetua para ejercer cargos públicos.