En una declaración de poco más de dos horas, De la Rúa negó toda responsabilidad política en la fatídica represión y calificó de “insustentable” la hipótesis de que el día de la represión existió un “plan político” para reprimir.
Además, De la Rúa sugirió que los muertos no fueron producto del operativo policial sino de una suerte de “complot” para terminar con su gobierno, reeditando así una teoría que no pudo ser comprobada en una causa que naufraga en el juzgado de Norberto Oyarbide.
Sin embargo, De la Rúa reforzó su hipótesis con un escrito que aportó al juzgado, donde despliega su propia versión sobre la circunstancias de las muertes de Gustavo Benedetto, Diego Lamagna, Carlos Almiron, Marcelo Riva y Alberto Márquez.
Sobre Benedetto, el ex presidente dice que falleció como consecuencia de disparos realizados por la “seguridad privada” del Banco HSBC de Avenida de Mayo y Chacabuco.
Respecto a la muerte de Márquez, De la Rúa alegó que la culpa la tuvo la división Asuntos Internos de la Policía Federal, que ese día “no estaba afectada al operativo de seguridad”, aseguró.
Sobre los otros tres muertos, que cayeron cerca de avenida de Mayo y 9 de Julio, el ex presidente le pidió a la juez que incorpore a la causa un video de un programa de televisión, que daría cuenta de la existencia de un “francotirador” que podría haber disparado sobre los manifestantes.
Sin embargo, las tres variantes no se corresponden con otras constancias de la causa, recordaron los investigadores. En el caso de Benedetto, los videos policiales revelan que mientras el personal de seguridad disparaba (está detenido el coronel retirado del Ejército Jorge Varando), efectivos de la policía borraban pruebas levantando las vainas servidas.
Dice que no sabía
Fuentes judiciales que presenciaron la indagatoria aseguraron que el ex presidente dijo que no supo que había muertos hasta bien entrada la noche, cuando ya había comunicado su decisión de renunciar. “No miré televisión ni me asomé a las ventanas” para ver lo que sucedía en la plaza, se defendió De la Rúa.
También De la Rúa aseguró que, a media tarde del jueves negro, se comunicó con otro de los imputados en la causa, el entonces jefe de la Policía Rubén Santos, quien no le habló de muertos.
El ex presidente estuvo acompañado en la indagatoria por los abogados Zenón Ceballos y Miguel Ángel Almeyra y también estuvieron presentes los dos fiscales del caso, Patricio Evers y Luis Comparatore.
Hacia ellos dirigió De la Rúa su encono, ya que en un tramo de la declaración se quejó por el pedido de captura que los fiscales le formularon ayer a la juez Servini de Cubría.
“No escucharon mi palabra de que no evitaría la acción de la Justicia”, dijo De la Rúa, en el único momento en que se lo vio molesto a lo largo del trámite judicial. Antes, al comienzo de la audiencia, esquivó el saludo y dejó con la mano tendida al fiscal Comparatore.
Tras la declaración, el abogado Almeyra confirmó a DiarioJudicial.Com que su defendido “contestó todas las preguntas” que le formularon los fiscales a través de la juez.
“Aguardamos con mucha seguridad un procedimiento favorable en torno a su situación procesal”, remarcó Almeyra, quien junto a Zenón Ceballos pidió que sean los mismos fiscales los que retiren la imputación contra el ex presidente.
Fuentes de la fiscalía, en cambio, evaluaron tras la declaración que los dichos de De la Rúa no ayudan a cambiar su situación procesal y dejaron entrever que pedirán su procesamiento por el delito de homicidio culposo. “Apelaríamos una falta de mérito”, especularon las fuentes.
Una visita anunciada
Con la presencia de De la Rúa se puso fin además a un sainete de versiones encontradas tras el faltazo del ex a la audiencia de ayer. Hoy a la mañana, apenas se confirmó que concurriría, se especuló que lo hacía para evitar ser trasladado por la fuerza pública, tal como lo reclamaban los fiscales.
Sin embargo, el despliegue policial en torno al juzgado de Servini de Cubría se dispuso desde bien temprano, a las 7.30 hs, lo que revela que se trataba de una audiencia que había sido pactada, cuando menos, ayer por la noche, cuando en fuentes cercanas a la magistrada se aseguraba que recién hoy habría una definición.
“Quedó claro que la juez nunca quiso a detener a De la Rúa, como lo pidieron los fiscales, el presidente concurrió a la hora y el día en que había sido citado”, aseguró Almeyra.
Acompañado por sus abogados Zenón Ceballos y Miguel Ángel Almeyra, De la Rúa llegó poco antes de las diez y media de la mañana al edificio de Comodoro Py 2002, a bordo de una camioneta Chevrolet Blazer azul, que estacionó en la cochera del edificio, parte de un operativo policial que buscó en todo momento mantener a la prensa lejos del ex presidente.