Broussón está detenido desde el viernes en el Escuadrón Buenos Aires de Gendarmería Nacional y tiene como plazo hasta el jueves para apelar la medida de Bonadío, confirmaron las fuentes.
La causa se inició por una denuncia de un ex agente de inteligencia, que fue “filmado” y “grabado” en audio y con ese material se lo presionó para obligarlo a renunciar. En la causa se investiga además si Broussón no quedó complicado en un acto discriminatorio, porque el denunciante padece SIDA.
Las fuentes explicaron que el incidente que llevó a la cárcel a este ex jefe cuyo nombre sonó varias veces en el caso AMIA habría ocurrido a principios del 2000, luego que el gobierno aliancista despidió a 1200 agentes de la SIDE. El denunciante integró este listado pero luego fue reincorporado, aunque enseguida –según la denuncia- comenzaron las presiones.
En abril de ese año se lo congeló. Fue trasladado desde “Contrainteligencia” a la oficina de personal y terminó renunciando. En sus dos declaraciones indagatorias, Broussón aseguró que no conocía al empleado y que “manejaba tanto personal que su nombre no le sonaba”, argumentos que no convencieron al juez.
Bonadío procesó a Brouzón por un delito no excarcelable previsto en el artículo 149 ter del Código Penal que prevé penas de cinco a diez años de prisión al que amenace a alguien para obligarlo a “hacer abandono del país, de una provincia o de los lugares de su residencia habitual o de trabajo”.
Un testigo clave del caso AMIA
A pesar del pasar siempre anónimo de los agentes de inteligencia, el apellido Broussón ya se nombró decenas de veces en el juicio oral y público por el atentado contra la AMIA. Últimamente, incluso, se consolidaron sospechas que lo señalan como el gestor del presunto pago de 400 mil dólares a Carlos Telleldín, antes de la declaración del preso clave, que comprometió a los policías bonaerenses que también están siendo juzgados ante el Tribunal Oral Federal 3.
Además, el ex funcionario fue separado del cargo como resultado de un sumario interno que debía investigar irregularidades cometidas por la SIDE en la causa aunque sólo se limitó a establecer quién y como se filtró información de inteligencia que luego se hizo pública.
Aunque esté detenido, Broussón será llevado igual a declarar como testigo al juicio oral junto a otros altos jefes del organismo, en audiencias que todavía no tienen fecha, aunque se presume que podrían realizarse en setiembre próximo.
Broussón también debe declarar en otra causa en manos de Bonadio, donde se investiga varias supuestas irregularidades en la instrucción del caso AMIA.