La encargada de dar a conocer la pericia preliminar de la Policía Federal fue la legisladora porteña Vilma Ripoll, quien pidió a Oyarbide ser tenida como parte querellante en la causa en una reunión mantenida con el magistrado, donde le confirmó que la pericia precisa que se trató de una bomba “con un sistema eléctrico-mecánico de tiempo” armada con “una pila chica, una bobina y un soporte de reloj”.
En este sentido, Ripoll pidió al juez que el partido que representa, el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), sea tenido como parte querellante en la causa a raíz de que la mayoría de los heridos registrados el sábado último pertenecen a esa agrupación.
En tanto remarcó que “sectores del Gobierno alentaron esos hechos con su continua prédica, ya que desde quince días antes de la marcha venían haciendo declaraciones para castigar a los piqueteros y criminalizar la protesta social”.
“Dieciséis de los veintitrés heridos son de nuestra agrupación, igual que los tres que todavía están internados”, recordó la legisladora, indignada al constatar mediante los expertos que el explosivo fue “armado, colocado y planificado con premeditación” por un “conocedor” en la materia de explosivos, armado con “una carcasa endeble de plástico o cartón” que tenía en su interior “pólvora monobásica con nitro celulosa”.
Ripoll atribuyó a “mano de obra desocupada habilitada por las declaraciones del Gobierno” la autoría material de la explosión, fundamentando que “cualquiera más papista que el Papa se pudo haber sentido habilitado para colocar el explosivo”.