El incidente ocurrió el 16 de enero de este año, cuando la mujer -guardia civil- estaba destinada en la vigilancia del perímetro fronterizo para impedir la entrada irregular de inmigrantes, y solicitó permiso para ir al baño hora y media después de llegar a su puesto de control, por lo que se puso en contacto con el sargento al mando para pedirle permiso para ausentarse o que mandase un relevo temporal.
Tras no recibir una solución a su solicitud, comenzó a sufrir fuertes dolores en el bajo vientre, y tras reiteradas llamadas de la mujer el sargento le habría respondido “que no podía ir hasta que no llevase por lo menos dos horas desde la incorporación al servicio, y que en su caso sólo llevaba una hora y media”.
Momentos después, pidió ayuda al sentir dolores abdominales muy fuertes, malestar general, escalofríos, algo de fiebre y una tremenda crisis de ansiedad, por lo que tuvo que ser trasladada al Hospital de la Cruz Roja de Ceuta, donde fue asistida y se le diagnosticó una crisis de ansiedad que persistió durante varias horas, permaneciendo además actualmente de baja médica.
Por este caso, la mujer puso al descubierto la deficiencia en infraestructuras en la frontera al no haber baños para los agentes que trabajan en la zona, careciendo de intimidad en el caso de las mujeres porque toda la frontera está plagada de cámaras de control, y en todo el perímetro las imágenes son visualizadas y grabadas continuamente por la Central Operativa de Servicios.