El Enano fue el eje de la acusación de Barbaccia, quien remarcó que el doblador de autos “no fue elegido al azar” para proveer el vehículo. “Lo eligieron porque sabía mantener el código de silencio” y porque “se trataba de una persona que sabía manejar la impunidad en el sub-mundo de la corrupción policial de la provincia de Buenos Aires”.
Así el fiscal insistió con una tesis que sostienen desde hace tiempo junto al juez Juan José Galeano: que los policías bonaerenses implicados y Telleldín eran socios.
Barbaccia aseguró que Telleldín “preconstituyó prueba” aún antes del atentado para desviar la investigación que sabría se vendría y “procuró por todos los medios dejar rastros que lo colocaran en la posición de un vendedor de buena fe”.
Enseguida, ayudado por una presentación computada, Barbaccia detalló las diferentes versiones que El Enano brindó sobre la entrega de la camioneta y aseguró que el sindicado partícipe comenzó a hablar de los policías ante algunos periodistas recién cuando sintió que lo dejaban sólo y luego que la fiscalía pidiera, en agosto de 1995, que fuera procesado como partícipe del ataque terrorista.
Según el fiscal a partir de ese momento Telleldín comenzó a hablar de los policías bonaerenses y ejemplificó con desgrabaciones de escuchas telefónicas cómo algunos hombres de la bonaerense se acercaron a la mujer de El Enano, Ana Boragni, y le dijeron que su esposo “no tenía que hablar”.
“¿Qué explicación lógica se puede dar a que Telleldín diera tantas versiones diferentes?” se preguntó el fiscal y enseguida se contestó: “la respuesta no es sino la explicación aquí brindada por esta parte”.
“Ninguno de los acusados por el atentado, está sentado en esta sala por casualidad, producto del azar o como prenda de una disputa política o del capricho de un juez”, indicó Barbaccia, y enfatizó que tienen “pruebas detalladas, concretas y objetivas” contra todos los imputados.
Así concluyó Barbaccia su intervención que en rigor comenzó ayer, cuando detalló el recorrido de la investigación desde la aparición del block del motor de la Trafic entre los escombros de la AMIA hasta dar con Telleldín, su último propietario legal.
En ese sentido, el fiscal remarcó que el acta de los bomberos que consigna el hallazgo es ideológicamente falsa porque fue confeccionada por un oficial y por testigos que no encontraron la pieza pero remarcó que el testimonio de media docena de personas que testificaron en la audiencia sirve para comprobar que el motor apareció durante la tarea de recolección de escombros en el lugar del desastre.
Cuarto intermedio obligado
Al cierre de esta nota, era el fiscal Miguel Ángel Romero el encargado de seguir adelante con el alegato del Ministerio Público, pero sorpresivamente se anunció que la audiencia no seguiría tras un cuarto intermedio porque el defensor de Raúl Ibarra, Víctor Valle, sufrió “una crisis hipertensiva” y fue trasladado a un centro asistencial para someterlo a “estudios de mayor complejidad”.
Los jueces del TOF 3, Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo decidieron suspender la audiencia y sorpresivamente pasaron a cuarto intermedio hasta el próximo martes, cuando los seguirá el alegato de Romero y continuará Alberto Nisman con la acusación contra los policías.