En ese escrito, Telleldín aseguró que “la extorsión del 10 de julio no existió”, en referencia al día en que se desprende de la Trafic para entregarla –según los acusadores- a los policías de las brigadas de Lanús y Vicente López.
“Este hecho (la entrega de la camioneta) lo hizo agregar falsamente el juez (Galeano) al igual que los nombres de los policías que figuran en la indagatoria del día 5 de julio de 1996”. Es el textual más caliente de aquella veintena de páginas, que ahora los abogados del preso clave intentarán consolidar en el alegato.
El primero en alegar será Víctor Stinfale, histórico abogado de Telleldín, quien sólo realizará una introducción. Los detalles quedarán en mano de Laura Fechino y Andrea Novello, las dos abogadas que comenzaron secundando a Luis Sasso y luego quedaron al frente del día a día en el juicio.
Ellas serán las encargadas de contar esta historia:
Una venta normal. Dirán que Telleldín armó la camioneta que luego se uso como coche bomba como lo hacía regularmente con otros vehículos y la vendió a una persona de acento centroamericano, que se identificó con un DNI a nombre de Ramón Martínez. Que fue una venta normal, por la que embolsó 13.500 dólares.
En este punto, se encontrarán con un problema. Es que al declarar en el juicio la mujer de Telleldín, Ana Boragni, termino admitiendo que no hubo dinero de por medio en aquella operación, y que más adelante su marido le contó que entregó la camioneta a los policías que lo extorsionaban.
No sabía el destino. Otro punto clave para la defensa pasará por intentar demostrar que Telleldín no sabía que la camioneta sería utilizada para un atentado. Ya adelantaron que se apoyarán en el mismo alegato fiscal, que no pidió una condena agravada por “odio racial o religioso” porque, dijeron desde el Ministerio Público por concluir que ni El Enano ni los policías sabían cuál era el objetivo final de los terroristas.
En esa línea, deberán refutar además dos acusaciones: por un lado, que la misma mañana del atentado Telleldín sabía que había volado su camioneta y repetía nervioso “estos hijos de puta me cagaron la vida”. Este es el testimonio de oídas de una ex amiga de Boragni, Miriam Salinas. Se ocuparán de decir que miente, y que su status de “testigo de identidad reservada” en el expediente fue obtenido irregularmente.
También dirán que Telleldín no reforzó los elásticos del vehículo para soportar más peso, y que se trata de una operación mecánica muy sencilla que bien pudo realizarse luego.
Por último, y siempre intentando demostrar que no hubo dolo por parte de Telleldín al entregar el vehículo, dirán que la versión de las querellas y la Fiscalía en torno al armado de tres camionetas en paralelo para despistar una ulterior investigación no se puede demostrar.
Aprovechar el pago. La defensa también utilizarán los argumentos de los fiscales que dieron por probado que Telleldín recibió 400.000 dólares a cambio de firmar la declaración donde incriminó a los policías bonaerenses. “El pago fue clandestino y secreto porque el juez sabía perfectamente que la declaración era falsa y estaba hecha a su medida”, dijo Telleldín el año pasado cuando denunció a Galeano. Lo repetirán ahora.
Más denuncias. En lo que ya parece ser una constante, en el alegato que comenzará mañana y se extenderá al menos hasta el jueves Stinfale, Novello y Fechino harán varias denuncias sobre supuestas irregularidades. Dicen que le apuntarán directamente al fiscal José Barbaccia y lo señalarán directamente como uno de los que estuvo siempre al tanto de la operación del pago.
Ya en el arranque del juicio, Telleldín cargó duro contra los fiscales y hasta los recusó. El Tribunal lo rechazó y Barbaccia junto a Eamon Mullen denunciaron al entonces defensor de El Enano, Luis Sasso, ante el Colegio de Abogados.
Galeano ya rechazó todo
La versión que Telleldín defenderá en el juicio ya fue rechazada por Galeano quien, siempre lejos de los micrófonos, dejó asentado en el expediente su respuesta, pocos días antes que la Cámara Federal le quitara la causa AMIA.
Galeano aseguró que la versión de Telleldín sobre la entrega de la camioneta a los policías le pareció “confiable” porque era lo que el preso ya venía filtrando a la prensa, especialmente a Raúl Kollmann y Román Lejtman en Página/12 y por la “concordancia” con otros datos del expediente.
Además, cerca del titular del Juzgado Federal 9 aseguran que la versión que Telleldín le iba acercando a los periodistas coincidía con charlas que él mismo mantenía con Boragni desde la cárcel, que estaban intervenidas, y hasta con los aprietes que la mujer sufrió, seguramente de la bonaerense, cuando trabajaba como prostituta.
Sobre el pago, Galeano aseguró: “nunca utilicé ni permití que se utilizara medio extorsivo alguno para que (Telleldín) se pronunciara en la forma que lo hizo”.
En rigor, ya nadie pretende debatir este punto en el juicio oral, y menos desde que la semana pasada –tal como informó Diariojudicial.Com- los fiscales Alberto Nisman y Miguel Ángel Romero remitieron al Consejo de la Magistratura el alegato contra Galeano, donde califican de “ilegal y oculto” el pago.
Los fiscales respondieron a un pedido de la diputada Nilda Garré, impulsora del juicio político a Galeano en el Consejo. Una actitud que –confirmó este diario- fue muy mal recibida en el despacho del magistrado federal, donde la diputada es enemigo público número uno.