La condena recayó en Sarah Porter, de 43 años, recepcionista y madre de un hijo de seis años. Ante el tribunal que la juzgó, Porter se declaró culpable y reconoció que mantuvo relaciones sexuales sin protección con cuatro hombres de entre 31 y 36 años. La mujer supo que portaba el virus del HIV en febrero de 2000.
Uno de esos hombres fue su pareja durante dos años que se sometió a estudios de sida y le dieron positivo. La mujer se negó a dar conocer la identidad de los restantes hombres. La policía sospecha que Porter mantuvo relaciones sexuales con decenas de hombres. Por eso la policía busca a esas personas para que den su caso a conocer.
Los investigadores creen que la mujer infectó a sus parejas de manera deliberada, movida por un afan de venganza.
Según informaron medios internacionales, Porter conocía a los hombres, en su mayoría disc jockeys, en clubes nocturnos de las ciudades inglesas de Liverpool, Leeds, Manchester y Birmingham.