La ley aprobada deroga el artículo 261 del Código Civil que reza “los padres tienen la facultad de corregir moderadamente a sus hijos”. Maestros y tutores tampoco podrán avanzar sobre la integridad corporal de los chicos, pues impide “el castigo físico o cualquier tipo de trato humillante como forma de corrección o disciplina de niños, niñas y adolescentes”.
La norma despertó descontento en quienes creen que el proyecto ilegitima la autoridad de los progenitores y daña la institución familiar. En tal sentido, son muchos los padres que cuando pierden la paciencia castigan a su hijo con una cachetada. De todos modos, la norma no establece sanciones claras para quienes la infrinjan, por lo que queda mucho debate pendiente.
Según estudios realizados por UNICEF en 17 países latinoamericanos, el 65 por ciento de los adolescentes se encuentran en situación de violencia. Los relevamientos demuestran, además, que en América Latina la violencia se denuncia menos que en otras partes del mundo, y que el castigo físico es habitual. Brasil, Costa Rica, Uruguay, Venezuela, Perú y Nicaragua tienen reformas legales en proceso para evitar el castigo físico, sin embargo y a pesar de que en 102 países se prohibió, la ley no es acatada.
Las legislaciones son esperanzadoras, pero en la práctica no suelen percibirse los mismos resultados. Incluso la presidenta de Chile, Michelle Bachelet se sintió impulsada por estas situaciones de desprotección hacia la minoridad. Por ello anunció su compormiso con que "los adultos entiendan que esa (la agresión física) no es la manera de relacionarse" y que "la ira, el arrebato o las frustraciones del día no deben traducirlas en castigo a los hijos". Ello ocurrió el día miércoles en el marco de un encuentro en el palacio de La Moneda con 150 niños, en ocasión al Día Internacional de Derechos de Niñas y Niños. La mandataria chilena manifestó que desea erradicar el castigo físico “como mecanismo para resolver problemas dentro de una familia”.