Con 12 años al frente del juzgado del Trabajo Nº 74 de la Capital Federal, Cañal asegura que en sus recorridas por todo el país recoge críticas por el alto incumplimiento de las sentencias. “Hay una crisis moral de falta de acatamiento al derecho. Es verdad que el tema económico afecta a las empresas. Pero hay una especie de folclore de que la válvula de ajuste es el trabajador”, trata de buscarle un explicación la magistrada de 51 años y que comenzó a trabajar en el fuero a los 22 como auxiliar.
Sobre los empleadores también señala que “en una enorme cantidad de las causas los incumplimientos de los empresarios son genuinos”. Pero también asegura que los trabajadores comienzan juicios aventureros impulsados por los abogados. “Estamos viendo muchos abogados irresponsables que embarcan a los trabajadores en juicios irresponsables con sumas infladas”, explica.
Sin embargo Cañal también hace una crítica interna al fuero: “la interpretación holgada de la ley facilita el incumplimiento”.
“La interpretación del derecho es válida pero cómo puede ser que estemos dudando, puntualmente este caso, de si una vez que se dictó sentencia y se produce el vaciamiento de la empresa a causa del dictado de la sentencia si el juez que la dictó es el competente para resolver si se hace una extensión de convenio. Las reglas del proceso son claras, sin embargo a nivel interpretativo se llega hasta tal punto que somos una especie de locos los que pensamos que es competente el juez del proceso principal”, detalla.
Con siete libros publicados, y 9 años como docente de teoría del derecho y derecho laboral en las cárceles del Servicio Penitenciario Federal (primero en la ex unidad de Caseros y ahora en Devoto), Cañal se sincera sobre el trabajo actual del juez laboral: “A veces tengo la sensación de convertirme en un contador”.
¿Qué porcentaje de la ejecución de las sentencias del fuero no se cumplen?
En la década de los 90 más de la tercera parte de las sentencias no se cumplían. Eso se vio sobre todo en este juzgado porque junto a otros 11, fueron creados para sacar atrasos del fuero, lo nuestro era mera ejecución. Nos dio una gran experiencia. Sentencias incumplibles tuvimos cantidades porque echamos mano a la teoría del disgregar.
¿Hoy sigue habiendo un alto incumplimiento?
Si. En la provincia de Buenos Aires es altísimo.
¿Por qué cree que ocurre?
Porque hay una crisis moral de falta de acatamiento al derecho. Es verdad que el tema económico afecta a las empresas. Pero hay una especie de folclore de que la válvula de ajuste es el trabajador. El costo del producto no tiene que pasar por ahí pero es una tendencia “natural”. Se convirtió en una jurisprudencia dominante la falta de trabajo: lo primero que se hace es suspender al personal y no tratar de salir de la situación, buscar recursos porque para eso las ganancias son tuyas. Es todo un tema cultural de falta de cumplimiento del derecho.
¿La legislación facilita los incumplimientos?
Ya no diría eso sino que la interpretación holgada de la ley facilita el incumplimiento. No puede ser que ante un texto claro haya dos o tres interpretaciones. La interpretación del derecho es válida pero cómo puede ser que estemos dudando, puntualmente este caso, de si una vez que se dictó sentencia y se produce el vaciamiento de la empresa a causa del dictado de la sentencia si el juez que la dictó es el competente para resolver si se hace una extensión de convenio. Las reglas del proceso son claras, sin embargo a nivel interpretativo se llega hasta tal punto que somos una especie de locos los que pensamos que es competente el juez del proceso principal. Las normas están, hay intereses en interpretar otra cosa porque si me declaro incompetente para investigar a aquellos que he condenado y se han insolventado fraudulentamente a raíz de la sentencia, le estoy haciendo el caldo gordo a los que necesitan insolventarse porque mando a reiniciar la causa.
¿A qué atribuye esas resoluciones de los jueces?
Se apegan a lo clásico que era que esto no sucediera. Acá hay un juego de palabras porque no estás extendiendo la condena a alguien diferente al que fue condenado sino que el que fue condenado intenta transformarse en alguien diferente para vaciar su capital.
Hablaba de un folklore empresarial que perjudica al trabajador. ¿Desde la Justicia se puede modificar?
Si, totalmente. Depende de si aplicas o no las reglas específicas y diferentes del derecho del trabajo también al proceso. Hay todo un sector de la doctrina y de los jueces que considera que el proceso laboral es como el civil. El proceso laboral toma supletoriamente las reglas del proceso civil pero yo las tengo que tamizar por los principios del derecho del trabajo que son vinculantes. Una de las cosas que no se hace, en algunos juzgados sí, es admitir como pregunta a los testigos sobre la solvencia de la empresa. “Eso no tiene nada que ver con la traba”, te dicen. Si la solvencia no tuviera nada que ver con la traba no existirían las medidas cautelares. El juez que está haciendo esto no está prejuzgando, está usando las herramientas que le da el Código de Procedimiento que piensa en la solvencia. Esto lo sacas de la lectura conjunta del Código de Procedimiento y comprendes la lógica del legislador, que encima es un legislador civil.
Si los empresarios tuvieran mayor responsabilidad laboral, ¿habría menos causas?
Sí. En una enorme cantidad de las causas los incumplimientos de los empresarios son genuinos. Un abogado me decía que yo era una jueza pro-obrera. Yo soy una magistrada pro-derecho del trabajo que me obliga al in dubio pro operario. Estoy obligada por ley en caso de duda.
¿La misma falta de conciencia de los empleadores también se ve en juicios que inician los trabajadores?
Si, por supuesto. Estamos viendo muchos abogados irresponsables que embarcan a los trabajadores en juicios irresponsables con sumas infladas. Esto lo advertimos cuando vienen con la conciliación y evaluamos si es una justa compensación y decimos que no. Entonces muchos empiezan a chicanear y les explicamos que le están ofreciendo al trabajador la décima parte de lo que les corresponde y como jueza tengo una función tuitiva por los artículos 12 y 15 de la Ley de Contrato de Trabajo.
¿Cuán complejo es dictar sentencia con las modificaciones legislativas de los últimos años?
Se hace muy complejo. A veces tengo la sensación de convertirme en un contador. ¿Bajo la vigencia de cual de las tantas normas cae esta relación? ¿Cómo tengo que hacer las divisiones? ¿Cómo tengo que hacer las restas? Es una cosa muy matemática y muy poca jurídica. Lo que es centralmente la labor del juez, que es verificar la ocurrencia de los hechos y a la luz del derecho qué es lo que paso, a veces pasa a ser lo menos relevante. Los que se perjudican son tanto las empresas como los trabajadores.
¿Y que reformas cree que habría que hacer?
Me parece que con la Constitución Nacional tal como está, con la normativa internacional, con la Ley de Contrato de Trabajo, con la ley antidiscriminación, la legislación está bastante bien. Pero hay que reformar la ley de accidentes que es una calamidad. Creo que en eso estamos todos de acuerdo. Se esta procurando que haya una norma específica con la teoría del disgregar (la teoría de la penetración).
En su faceta de docente de derecho en las cárceles, ¿cómo hace para que un preso entienda y se convenza que la Constitución Nacional le da derecho a trabajar cuando la mayoría de las personas privadas de su libertad lo están porque no consiguieron un empleo?
Estoy totalmente de acuerdo. En la cárcel hay gente terrible y pesada pero la mayoría es quienes se cayeron del plato y no pueden volver a subirse. Es apasionante lograr que te entiendan, que se pueda pelear desde otro lugar, que se puede hacer otra cosa.