La afectada fue una mujer de 26 años que en 2006, concurrió a la empresa para someterse a un tratamiento de depilación. Desembolsó más de 4 mil doscientos pesos para el tratamiento pero en la tercera cesión aparecieron quemaduras de tercer grado en el torso de su cuerpo.
El perito judicial hablo de “emparillado” con respecto al daño que sufrió la joven, que incluso luego de tres años tiene en su cuerpo hipo e hiperpigmentación con la grave secuela psicológica que conlleva.
Por su parte, Corporación Dermoestética intentó culpar a la víctima acerca del daño, pero la sentencia elaborada por el juez afirmó que “el profesional es el médico y no la paciente y a él le incumbe saber si puede o no aplicar cada sesión”.
Si bien la empresa habló de realizarle algún tratamiento, se verificó que éste no habría “evitado el efecto”. Según el juez una quemadura de segundo grado, en estos tratamientos, puede ser normal, pero “no estamos ante una sola, sino muchas que cubren todo el torso de la paciente”.
Por su parte, la asociación “El Defensor del Paciente” indicó a la prensa española que la empresa denunciada deberá además pagar los intereses legales desde la fecha de la sentencia y las costas del proceso.
En nuestro país, las demandas por mala praxis aumentaron un 22% en el último año según datos brindados por la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (ACAMI).
Lo mismo señalan desde la Asociación de Médicos Municipales (AMM) que hablan de un crecimiento en las demandas pero cerca de un 15% (620 en 2007 y casi 100 más en 2008). No obstante remarcaron que la mayor cantidad de reclamos suelen descartarse.