La semana pasada, la Corte Europea de Derechos Humanos prohibió la exhibición de crucifijos en las escuelas públicas italianas. El litigio se inició ocho años atrás, con la presentación de una ciudadana italiana nacida en Finlandia, que consideró que esa exposición afectaba la educación laica de sus hijos.
La Corte de Estrasburgo le dio la razón, al entender que la exposición de símbolos religiosos constituía “una violación del derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones”.
“La presencia del crucifijo (...) puede ser alentadora para alumnos religiosos, pero también puede ser perturbadora para los alumnos que practican otras religiones o son ateos, sobre todo si pertenecen a minorías religiosas”, manifestó el tribunal, que además concedió a la actora 5.000 euros en concepto de daños y perjuicios.
Conocida la noticia, el gobierno italiano apeló el fallo que además suscitó una fuerte reacción en todo el país, no solo de parte de la Iglesia católica, sino de la izquierda política, que consideraron el crucifijo como un símbolo de las raíces históricas y culturales del lugar.
El recurso presentado por el Ejecutivo italiano puede abrir dos vías. Si la Corte lo acepta, el caso será revisado por la Gran Cámara, el órgano superior del tribunal. Si no, la sentencia será ejecutiva en tres meses, y el Comité de Ministros del Consejo de Europa deberá, en seis meses más, decidir qué acciones debe tomar el Gobierno italiano para no incurrir en nuevas violaciones ligadas a la presencia de los crucifijos en las escuelas públicas.
“Es una decisión inaceptable para los italianos. Se trata de una de esas decisiones que te hacen dudar del sentido común de Europa”, declaró el jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi, tras la divulgación de la sentencia.
Pero los efectos del fallo también llegaron a España, Portugal, Francia y Alemania donde la sentencia tuvo sus detractores y quienes se expresaron a favor.
Extremismo: religión como excusa para matar
Por otra parte, este miércoles un tribunal de la ciudad alemana de Dresde condenó a Alex Wienz (ciudadano de origen ruso) a cadena perpetua. En julio pasado, Wienz asesinó con un cuchillo a Marwa Al-Sherbini (ciudadana de origen egipcio), por portar un velo islámico.
El asesinato sucedió en una sala de audiencias que juzgaba a Wiens, pues en agosto de 2008 la egipcia, que vestía el velo islámico, le preguntó a Eiens si podía cederle a su hijo la hamaca en la que estaba sentado.
En ese momento, el hombre reaccionó con furia gritándole “islamista” y “terrorista” y fue multado pero en la audiencia por apelación asesinó a la mujer. El asesinato provocó la indignación del mundo musulmán. Este miércoles a la salida del tribunal, el embajador de Egipto en Alemania, Ramzy Ezzeldin Ramzy, expresó su satisfacción por el veredicto.
“El hecho de que haya recibido la condena máxima habla por sí mismo. Creo que eso deberá satisfacer a la familia y a toda la población”, dijo.