La Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados comenzó a debatir cambios integrales en el Código Procesal Penal de la Nación. Se trata de una reforma que permitirá un traspaso del actual sistema mixto a uno plenamente adversarial. De la primera reunión dieron su posición ante los legisladores Daniel Rafecas, titular del juzgado Federal Nº 3 y Oscar Pandolfi, miembro de la Asociación de Profesores de Derecho Procesal Penal.
La cita fue en el anexo de la Cámara de Diputados allí varios legisladores se prestaban a escuchar a los invitados. Juan Carlos Vega (CC) presidente de la comisión era quien dio inicio a las exposiciones que se fundaban en el proyecto presentado en junio pasado por parte del Oscar Albrieu (FpV), y del cual diera cuenta este medio.
“Esquizofrenia institucional”, fueron las primeras palabras que se le pudieron escuchar a Oscar Pandolfí; su referencia clara se caracterizó en base a la resistencia al cambio que existe en la temática. “Tienen la oportunidad de producir la readecuación constitucional de las instituciones argentinas”, les dijo a los legisladores. Luego, tras realizar un recuento histórico del Sistema Penal en nuestro país concluyó en que “el Código actual es más restrictivo que el Código Obarrio”. Y agregó: “Si quien instruye juzga, es un contrasentido total y absoluto”.
Daniel Rafecas, por su parte, comenzó su discurso frente a los diputados sosteniendo que su reflexión sería desde “la corporación judicial” a la que pertenece, aclarando que su voz es “francamente minoritaria”. “Hay una inequívoca resistencia a este tipo de cambios” dijo ya que los “únicos que pueden tener el poder punitivo somos los jueces”. “Creo que la Asociación de Magistrados va a resistir este tipo de iniciativas” vaticinó, porque con ellas se produce una “virtual desaparición del poder que detentan”, por ejemplo las Cámaras.
El sistema “castiga casi exclusivamente a los hombre de mayor vulnerabilidad” y los de “menor vulnerabilidad y los poderes económicos transitan sin demasiada vulnerabilidad”, explicó Rafecas, los hechos que se investigan en su mayoría “son cometidos por personas siempre de la misma condición sociales, pobres, inmigrantes, etc” lo que se demuestra con que “dos cada tres sentencias condenatorias son por delitos contra la propiedad”.
Este “poder” tampoco quedó fuera del argumento de Pandolfi. “Los hombres nos enamoramos de nuestra propia obra” dijo, citando a Pigmalión, pero con un objetivo muy certero: “Yo creo que el poder corrompe a los hombres, y el poder jurisdiccional también corrompe”, sentenció.
Así introdujo el debate por los jurados ya que lo que muestra la experiencia cordobesa “es que los jurados populares que deciden no tienen más retorno…porque es muy difícil sospechar de un jurado”. Jurado “se es una sola vez en la vida y no tiene oportunidad de corromperse” dijo, mientras que “los jueces se acostumbraron a usar el Poder Jurisdiccional”.
Al respecto Rafecas dijo que “introducir ahora esta cuestión es un utopía” ya que “esto es un cambio cultural muy profundo” y “los jurados van a ser tan inquisitivos como los jueces”. En concordancia con ello estuvo el presidente de la comisión Vega, quien dio su visto bueno al sistema cordobés ya que en base a su experiencia en el estado de Texas en Estados Unidos, con el caso de Víctor Saldaño, los jurados dictaron sentencia de acuerdo a los “humores sociales”.
“Los jurados no pueden ser inquisitivos” replicó Pandolfi, “es como pensar un círculo cuadrado”, añadió para concluir que “el juicio es un simulacro de lo que ocurre en el expediente”. “Veo que hay un esfuerzo por buscar reconciliar el derecho a la realidad”, dijo Vega sentenciando esta primera jornada.