20 de Diciembre de 2024
Edición 7117 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 23/12/2024

POSITIVA.

 
Fue la imagen que dejó Alberto Abad, tras su visita al fuero penal económico. Es que de muy buen grado aceptó las sugerencias que le formularon un grupo de jueces en la hora y pico que duró el encuentro. Según afirmaron a esta columna, el mandamás de la AFIP –el aumento de la recaudación, si bien nominal, le dio un fuerte aval a su gestión- les confió a los jueces que todavía no hay pruebas “serias y sólidas”, que permitan formular ya mismo las presentaciones por supuestas subfacturaciones contra importantes empresas argentinas, sobre todo exportadoras de granos y otros comodities. Es que los rimbombantes anuncios que se hicieron desde la Aduana -con el supuesto aval de la jefatura de Gabinete-, anticipando una “catarata de denuncias”, ya lleva casi dos meses sin novedades y los jueces no quieren aparecer como que “la justicia no hace nada”. Abad se mostró como garante de la prudencia y la efectividad “en todo lo que de mi dependa”, ya que para él la recaudación de impuestos debe tener “un manejo más profesional y menos político, como el modelo de las agencias españolas”. De paso, los magistrados le señalaron que sería una importante señal para los buenos contribuyentes, que desde la AFIP se corrija la legislación del último tramo de la gestión De la Rúa- Cavallo, donde se promovieron diversas normas que generaron una verdadera amnistía tributaria, incluso para causas penales abiertas. Es que a los jueces, las continuas moratorias -convertidas en salvadoras y espasmódicas transas del Estado con los evasores-, los transforman en el jamón del sandwich.

PREOCUPACIÓN. Es la que existe entre los jueces por el avance de una iniciativa que tuvo impulso en el Congreso y que ya fue aprobada en diputados para derogar todas las jubilaciones “de privilegio”. Sucede que los jueces entienden que la ley que establece el régimen jubilatorio para la justicia difiere de otros, como por ejemplo, quienes han ejercido por un tiempo fugaz el cargo de ministro en cualquiera de las áreas de gobierno y resulta irritante que se lo compare con quienes han desarrollado toda la carrera en la Justicia. Este caso no constituye un privilegio, dicen. Pero como saben que algo hay que conceder, la corporación judicial no se opondría a elevar la edad jubilatoria de los jueces, fijada en la actualidad en los 60 años. Es que con los actuales parámetros de longevidad, son muy pocos quienes tienen la intención de retirarse a esa edad, pudiéndola estirar por ejemplo hasta los 65. El temor apunta ahora a la Cámara de Senadores donde el proyecto aprobado en diputados parece “cajoneado”, pero por muy poco tiempo. Con las sospechas que han pesado sobre esa cámara legislativa nadie quiere que el día de mañana salgan a denunciar que se complotaron para defender privilegios. El tema va a dar que hablar, pero la caldera subió su aguja a la zona roja.

ALISTADOS. Están los integrantes del Ejército israelí que participaron de las tareas de rescate tras el atentado contra la AMIA a viajar a Buenos Aires para declarar en el juicio oral y público en curso. Es más, el tribunal oral ya recibió un okey desde Israel. Pero el problema, claro está, es la plata. Devaluación mediante, es difícil sostener viaje y estadía de 40 personas, misión imposible, se sinceraron en el séptimo piso de Comodoro Py. Sin embargo, todos saben que al menos algunos de los rescatistas israelíes tienen que declarar si o sí, porque tal como se vio hasta ahora, en el juicio podrán hacer un valioso aporte al esclarecimiento de cómo fue hallado junto a los bomberos argentinos el motor numerado que condujo la investigación hacia Carlos Telleldín. ¿Cómo se resolverá el asunto? Parece que sólo viajarían algunos israelíes -tal vez los jefes del grupo o los especialistas en pericias- y el resto declararía a través de una videoconferencia. Ante la crisis, imaginación, es la consigna en boga entre los jueces del extenso juicio oral. (especial del diariodeljuicio.com)

TRAER PAPEL. Es la frase que se escucha por parte de los empleados judiciales de las distintas mesas de entradas de los juzgados. ¿Qué pasa?, los insumos no alcanzan para que desde los juzgados puedan dar copias de las resoluciones. Cuál es la solución, una y sólo una: que los abogados deben ellos mismos llevar su papel. Este periodista pudo comprobar en persona como un letrado en la mesa de entradas de un juzgado Civil y Comercial federal clamaba por una hoja para poder tener una copia de una resolución. El pobre pedía y pedía que le den una simple hoja, hasta que una colega se apiado de él y le brindó una blanca hoja oficio, no sin decirle que la próxima vez “se comparara un block”, tal como ella lo había hecho para no pasar por esos feos momentos. Es claro que esa situación que se vive diariamente en los juzgados no es culpa de los empleados ni de los jueces, ya que muchas veces compran de sus propios bolsillos los insumos, tal como se lo anoticiaron al director de la AFIP los jueces con los que estuvo reunido el día jueves. El tema es que las partidas de presupuesto son insuficientes para cubrir los gastos operativos de los juzgados y lamentablemente terminan pagando los costos los abogados y los empleados que deben soportar el mal humor de la gente.



alejandro s. williams / dju
Estimado colega periodista: si va a utilizar parte esta nota o del fallo adjunto como "inspiración" para su producción, por favor cítenos como fuente incluyendo el link activo a http://www.diariojudicial.com. Si se trata de una nota firmada, no omita el nombre del autor. Muchas gracias.

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