Una triada judicial que tiene como protagonistas una torta, un matrimonio gay y un repostero puede redefinir los límites de la libertad de expresión en los Estados Unidos. Diario Judicial repasa este caso por el que la Suprema Corte de Justicia estadounidense celebrará esta semana una audiencia pública.
¿Un repostero puede negarse a hacer un pastel si está destinado a un evento con el que no está de acuerdo? ¿Su negativa se encuentra amparado por el derecho a la libertad de expresión garantizado por la primera enmienda de la Constitución de Estados Unidos? Sobre la base de estas premisas se centra la discusión de un caso que mantiene en vilo al mundo jurídico del país del norte.
“Masterpiece Cakeshop, Ltd. v. Colorado Civil Rights Commission” es el nombre del caso que gira en torno a Jack Phillips, un repostero de Colorado cuyo negocio, “Masterpiece Cakeshop” es un clásico de la ciudad de Lakewood, Colorado desde hace más de veinte años. Jack se especializa en hacer tortas para eventos: cumpleaños, bautismos, graduaciones o casamientos.
El otro protagonista de esta historia es una pareja, conformada por Dave Mullins y Charlie Craig, quienes en 2012, en plena organización de su boda, acudieron a la tienda de Jack para que les preparara un pastel especial. Pero Jack se rehusó, dijo que hacer una torta especial para un matrimonio del mismo sexo contradecía los principios éticos de la fe que procesa – es un cristiano practicante que cierra su negocio los domingos, no hace pasteles que contengan alcohol, tampoco para “celebrar” halloween o divircios.
Jack les ofreció otros productos de su tienda: el no era sólo para los pasteles que él hacía artesanalmente, pero Dave y Charlie se sintieron discriminados y, junto con la Comisión de Derechos Civiles de Colorado acudieron a los tribunales estaduales, que les dieron la razón en todas las instancias hasta llegar a la Corte local. El caso, además, tiene otros condimentos. En el Estado de Colorado, al momento de los hechos, aún no se encontraba legalizado el matrimonio para personas del mismo sexo,
El argumento para la procedencia del reclamo es sencillo: Las leyes del Estado de Colorado prohíben la discriminación en lugares abiertos al público – en los que se encuentran incluidas bibliotecas, cines o restaurantes- basados en razones de raza, religión, color u orientación sexual.
Del otro lado, la postura de la pareja y del gobierno de Colorado es que no hay violación a la primera enmienda porque la “prohibicion” no es para la “expression” sino para las conductas. “La Ley es clara, un negocio no puede negarse a vender productos o servicios por razones de orientación sexual”, aseguraron.
La Corte de Colorado fue certera en sus afirmaciones: la negativa de Jack no está amparada por ninguna garantía constitucional. Pero la particular defensa de Jack es la que sacude los estrados, asegura que la creación de sus pasteles es un “arte” que se encuentra protegido por la libertad de expresión.
Los especialistas explican que la primera enmienda de la Constitución de los Estados unidos es un tipo abierto, que puede abarbar más conceptos que obras audovisuales, pinturas o textos literarios, incluso tatuajes, por lo que la defensa de Jack apunta a que se declare que no se lo puede obligar a realizar “obras de arte” cuyo destino sean eventos que se encuentran en contra de sus convicciones.
Del otro lado, la postura de la pareja y del gobierno de Colorado es que no hay violación a la primera enmienda porque la “prohibicion” no es para la “expression” sino para las conductas. “La Ley es clara, un negocio no puede negarse a vender productos o servicios por razones de orientación sexual”, aseguraron.
El próximo martes, en el medio de una audiencia pública, la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos evaluará los argumentos a favor y en contra de cada postura. Ya son varias las organizaciones de la sociedad civil que buscan participar del evento: la Unión por las Libertades Civiles Estadounidenses (ACLU, por sus siglas en inglés) defiende la postura que viene manteniendo los tribunales de Colorado, del otro lado, la Alianza Defendiendo la Libertad (Alliance Defending Freedom), que mantiene las posturas conservadoras, asesora a Jack en el reclamo ante la Corte, que tiene la última decisión del caso.