El STJ del Chaco confirmó que una mujer deberá ser indemnizada con más de 600 mil pesos por las secuelas que le dejó el ataque de dos perros. La actora terminó con cicatrices en su cara y antebrazo izquierdo con una incapacidad del 38%.
Una mujer deberá ser indemnizada con más de 600 mil pesos por el ataque de dos perros pitbull. Así lo confirmó la Sala Primera Civil, Comercial y Laboral del Superior Tribunal de Justicia del Chaco en los autos “B., M. E. C/ F., M. H. Y/O Culpables del Hecho S/Daños y Perjuicios”.
La parte actora demandó el resarcimiento de los daños sufridos a raíz de las graves lesiones padecidas por las mordeduras de los perros que habitaban en el domicilio de la demandada.
La accionada opuso defensa de falta de legitimación pasiva en razón de que no era la propietaria de los canes, sino que pertenecían a su conviviente. Adujo que en la ocasión, los animales forzaron la reja que los mantenía aislados en el patio y lograron ingresar a la vivienda, por lo que esa situación fue el resultado de una circunstancia fortuita.
La sentencia de primera instancia hizo lugar a la demanda y condenó al pago de $406.800 con más los intereses a tasa activa. Luego, la Alzada modificó el monto de la condena elevándolo a $610.800.
Dicho fallo destacó, entre otras cuestiones, la magnitud de las lesiones físicas, las secuelas psicofísicas padecidas por la víctima, los tratamientos quirúrgicos, kinésicos y psicológicos que padeció y sus circunstancias personales.
La causa llegó ante el Máximo Tribunal del Chaco por los recursos extraordinarios de inconstitucionalidad de la parte demandada y actora, los cuales fueron desestimados por los ministros al entender que lo decidido por el Tribunal de Apelaciones “no contiene un vicio de gravedad tal que lo haga descalificable como acto jurisdiccional válido”.
En cuanto al monto de la condena, los jueces recodaron que la Cámara de Apelaciones elevó el monto de la indemnización correspondiente a los rubros incapacidad sobreviniente, pérdida de chance y daño moral por las secuelas estéticas y psicofísicas sufridas por la víctima, quién tenía 32 años en el momento del hecho.
Dicho fallo destacó, entre otras cuestiones, la magnitud de las lesiones físicas, las secuelas psicofísicas padecidas por la víctima, los tratamientos quirúrgicos, kinésicos y psicológicos que padeció y sus circunstancias personales.