La Cámara Laboral de Viedma, provincia de Río Negro, condenó a la empresa pesquera San Antonio a indemnizar a una mujer que padece una incapacidad a causa de las tareas que desarrollaba, vinculadas al embalaje de cajas de más de 15 kilos sin la protección necesaria.
La empleada damnificada relató que su jornada laboral iba desde las seis de la mañana hasta las 14 y, con el correr del tiempo se extendían hasta las 19, debiendo ingresar a las cinco de la mañana. En este contexto sufrió lesiones que le impidieron seguir trabajando.
Luego de manifestar un dolor agudo, fue derivada a San Antonio Oeste, a Viedma y a Neuquén para hacerse estudios vinculados a su dolencia. Se la asistió médicamente, pero no pudo retornar a sus tareas habituales, por lo que se encuentra instando la concesión de una pensión.
Los jueces tuvieron en cuenta la declaración de los testigos, quienes ratificaron las malas condiciones en que se realizaban las tareas y la falta de capacitación sobre normas de seguridad e higiene. Uno de ellos relató que “solo les entregaban botas de goma”.
El fallo sostiene que se encuentra "acreditado que la actora realizaba tareas de fuerza considerable, en un ambiente frío, sin elementos de protección, ni ayuda suficiente. No se ha acreditado que recibieran instrucción de seguridad e higiene en el trabajo ni elementos de protección útiles a los fines de evitar que el esfuerzo pudiera resultar un factor causal de un evento dañoso”.
“Considero que con los elementos probatorios descriptos ha quedado suficientemente acreditado que la trabajadora sufrió un hecho súbito y violento al realizar un esfuerzo superior al aceptable, sin ayuda, sin los elementos de protección personal adecuado y sin haber recibido de parte de la empleadora ninguna instrucción de seguridad e higiene en el trabajo”, agregaron los magistrados.
Por otra parte, el informe del perito medico arrojó que “existen evidencias de lesiones que en el examen de ingreso preocupacional realizado no registraba patología lumbar preexistente”.
Los jueces tuvieron en cuenta la declaración de los testigos, quienes ratificaron las malas condiciones en que se realizaban las tareas y la falta de capacitación sobre normas de seguridad e higiene. Uno de ellos relató que “solo les entregaban botas de goma”.
Por todo lo expuesto, los miembros del Tribunal condenaron a la empresa Pesca Austral S.A. a pagar a la trabajadora casi $200.000 en concepto de indemnización por accidente de trabajo.