Hoy el protagonista fue Alfredo Coto, quien declaró ante el juez Norberto Oyarbide y aseguró que en las horas previas al fin del gobierno de la Alianza no habló con De la Rúa pero sí con Mestre, de quien no obtuvo respuestas favorables.
Oyarbide citó a Coto para que declarara como testigo y aclarara si habló con De la Rúa el 19 de diciembre de 2001 sobre la inminencia de saqueos, tal como se afirmaba en versiones periodísticas. Según fuentes judiciales, Coto negó haber mantenido esa conversación, pero sugirió que las concentraciones en pos de comida frente a sus supermercados se veían venir.
Bajo juramento, Coto aseguró que desde “tres meses antes delos saqueos ya la gente comenzaba a reunirse en las afueras de lossupermercados a la espera que se le entregue comida”, pero enseguida aclaró que, en ese momento, la tensión se disipó entregando alimentos através de Cáritas.
Después, el empresario relató que hasta los primeros días de diciembre los reclamos se resolvieron “sin violencia”, pero el día 19 hubo filiales que “no pudieron abrir” por “la cantidad de gente” que pedía comida. En esa línea, Coto deslizó que los saqueos “eran previsibles”, pero cuando el juez le preguntó si creía que habían sido incitados, dijo que “no lo podía asegurar”.
Sobre el final, llegó el turno de fustigar al ex ministro de Interior, Ramón Mestre, cuando relató que “el caso testigo”, de la caliente jornada del 19 de diciembre fue lo que sucedió en la sucursal Ciudadela de su supermercado, donde se decidió entregar un camión de alimentos a Cáritas, pero -según relató Coto- el vehículo fue interceptado y saqueado.
“Al ver esa situación llamé al ministro del Interior para solicitar garantías constitucionales”, aseguró, y agregó que el funcionario no le dió “ninguna respuesta concreta al pedido”.
A pesar de la aparente falta de resultados para la causa judicial, el juez Oyarbide tiene previsto seguir por la línea de los supermercados: la semana que viene interrogará a los responsables de los supermercados Carrefour y Auchán.