03 de Julio de 2024
Edición 6998 ISSN 1667-8486
Próxima Actualización: 04/07/2024

Los nombres de la conexión internacional

Son 17 los pedidos de captura que los fiscales del caso AMIA solicitaron al juez Juan José Galeano en el marco de la investigación de ciudadanos extranjeros por el caso AMIA. Para los fiscales, hay “sospechas suficientes” para indagarlos como “ejecutores” del atentado. Uno de reclamados está preso en Brasil y podría ser extraditado.

 
El juez Juan José Galeano tiene un elemento más para sopesar antes de firmar la esperada “resolución internacional” del caso AMIA. Si bien el contenido de esa resolución sigue bajo siete llaves, en el Juzgado Federal 9, se descuenta que contendrá algunos pedidos de captura a nivel internacional.

Por lo pronto, los fiscales federales Alberto Nisman, Eamon Mullen y José Barbaccia ya le pusieron nombre y apellido a sus sospechosos. Para esto, se manejaron exclusivamente con el informe que la SIDE le envió al juez Galeano hace algo más de quince días y que, según dejaron trascender fuentes de inteligencia a la prensa, contiene el nombre del presunto conductor suicida de la camioneta Trafic que explotó frente a la AMIA el 18 de julio de 1994.

Fuentes que prepararon el dictamen fiscal que ahora estudia Galeano explicaron a Diariodeljuicio.com que el informe de la SIDE no es el documento más importante ni tampoco cierra la investigación en torno al contacto internacional, pero explicaron que el ministerio público “debe mantener en pie la acusación del Estado” y aseguraron que el informe de Inteligencia “presenta elementos que configuran un grado de sospecha”, sobre una serie de personajes.

“Deben por lo menos ejercer su derecho a defensa, porque se piden las capturas y las indagatorias”, explicaron las fuentes que remarcaron que la lista inicial no incluye a 24 personas, como trascendió, sino a 17, que son los considerados “ejecutores” del atentado, en sus diferentes etapas de la planificación y realización.

Así, en la lista de pedidos de capturas de los fiscales figuran desde personajes conocidos en la causa, como el ex agregado cultural de Irán en Buenos Aires, Moshén Rabbani y una de sus colaboradoras directas, Karina Sain.

En la lista figuran también otros nombres conocidos, como Imad Fayed Mughniyah, a quien se considera la cabeza del aparato de Seguridad del Hezbollá, la organización terrorista que unifica la mayoría de las sospechas a la hora de señalar a los responsables del atentado fronteras afuera. Mughniyah figura en la lista de los 22 terroristas más buscados por el FBI norteamericano y también tiene pedido de captura por el atentado a la embajada de Israel.

Entre los “ejecutores” del ataque, los fiscales también ubican a Alí Fallan, un legendario espía iraní, que para la época del atentado fungía como jefe de los servicios secretos del Estado musulmán. En la misma lista, se ubica al jefe directo de Rabbani, en Buenos Aires, el ex embajador Hady Soleimanpur.

Para el ministerio público, estos serían los referentes principales entre los que ejecutaron el atentado, tal como surge, entre otros datos, de los intensos cruces de llamadas telefónicas entre Buenos Aires y oficinas de inteligencia en Teherán justo antes del atentado.

Pero los entrecruzamientos de llamadas no son un dato exclusivo del informes de la SIDE, en rigor, la Dirección Unidad Antiterrorista de la Policía Federal (DUIA) analiza desde hace mucho tiempo el tráfico de llamadas, que se intensifica justo antes del 18 de julio de 1994 y llevan a otro punto clave en esta historia: la Triple Frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil.

“Hay triangulaciones evidentes de llamadas por la Triple Frontera, y algo similar pasó antes del atentado contra la Embajada de Israel”, explican los investigadores. Y en esa zona caliente también recaen algunas de las capturas pedidas por los fiscales.

En ese tramo de la investigación sobresale un nombre entre varios: Assad Ahmad Barakat. El líder de un clan familiar con base en Ciudad del Este, Paraguay, donde es dueño de varios shoppings. Varios servicios de inteligencia coinciden en que Barakat mantiene en la zona una red de financiamiento del Hezbollah.

Para los acusadores, Barakat tendría un papel fundamental en la trama de la financiación del atentado que, según dejaron trascender fuentes de inteligencia en su momento, se realizó con una célula que ingresó por la Triple Frontera, aunque esto no fue confirmado por fuentes judiciales con acceso al informe.

Pero más allá de los trascendidos, el pedido de captura de Barakat es doblemente importante porque este hombre está detenido en Brasil, a pedido de la justicia de Paraguay por el delito presunto de estafas reiteradas. Cuando se concrete la extradición, que hoy por hoy ya estaría concedida, Argentina podría pedir la captura de Barakat, quien podría convertirse en el protagonista de otro juicio oral por el caso AMIA.

En la lista de los fiscales figuran otros nombres que llevan a Ciudad del Este, como Samuel Salman Al Reda Reda y otra persona del mismo apellido, quienes estarían ligados directamente con Barakat. En su momento, la Corte Suprema había pedido información a Chile sobre los Al Reda Reda, por el atentado contra la Embajada de Israel.

En la misma lista de “ejecutores” del atentado, los fiscales incluyeron a algunos correos diplomáticos que ingresaron a la Argentina en los días previos al atentado y se fueron masivamente el 17 de julio, horas antes del estallido.

Ese movimiento inusual de correos tampoco es un elemento novedoso que aporta la SIDE, en rigor, el organismo de inteligencia fue alertado inmediatamente sobre esta anormalidad, pero nunca informaron al juez, que se enteró varios años después de boca de un funcionario de la Cancillería.

En otro grupo, los fiscales ubicaron a Sayyed Hassan Nasrallah, líder del grupo Hezbollah; Alí Akbar Velayati, un ex canciller de Irán; Alí Akbar Hashemi Rafsanjani, ex presidente de Irán y hasta al heredero del adorado Ayatolá Khomeini, Alí Khamenei, como los que presuntamente dieron el visto bueno, para la realización del atentado.

Sin embargo, las fuentes consultadas confirmaron que, para los máximos personajes del poder en Irán los fiscales no reclamaron la captura internacional, sino que se limitaron a señalar que, en la medida que se avance en la pesquisa, los nombrados podrían ser pasibles de un estado de sospecha que permita reclamar, también para ellos, la captura internacional.

Por ahora, el pedido de los fiscales ya está en manos del juez Galeano, quien deberá decidir si incorpora la información de la SIDE tal como la presentan los representantes del Ministerio Público o, por el contrario, realiza su propia interpretación de los hechos.

Hasta ahora, la larga pesquisa del caso AMIA ha demostrado en más de una ocasión que la información de inteligencia no es fácilmente judiciable. ¿Cómo contrarrestar entonces el escándalo diplomático que generaría pedidos de captura que avanzan hacia el centro del poder de Irán? ¿Cómo defender la decisión ante, por ejemplo, la Interpol, si la mayor parte de la información de inteligencia tiene carácter de “secreto”?

Son los interrogantes que deberá resolver el juez Galeano, además claro, de reducir la ansiedad de los que esperan, cada vez con más insistencia, que la fumata blanca salga del cuarto piso de los Tribunales Federales.



marcos salgado / dju
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