Marcela Fabiana Ruiz es vocal de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial Común de Tucumán y ha sido atmbién presidenta de la Asociación de Magistrados de Tucumán. Recientemente fue elegida para ocupar el cargo de presidenta de la Federación Argentina de la Magistratura, siendo la segunda vez en la historia de la institución que una mujer ocupa la presidencia. En diálogo con Diario Judicial, Ruiz opinó sobre el "techo de cristal" en la justicia y los desafíos que se vienen para 2022.
Dju: Ha sido la segunda presidenta mujer electa en la historia de la FAM. ¿Qué significa esto a nivel personal y teniendo en cuenta el contexto social que atravesamos?
M.F.R: En lo personal es un honor, como así también una gran responsabilidad haber sido electa presidenta de la FAM. Estimo que cuando una mujer accede a cargos de este tipo, se generan amplias expectativas en el colectivo femenino, ya que no se trata de una cuestión privativa de la persona designada, sino que se abre un espacio de participación para todas las mujeres. Considero que, en lo simbólico, la elección de una presidenta mujer, reviste además una enorme trascendencia, al transmitir un mensaje de apertura, democratización y la adaptación de las instituciones a los tiempos que corren. Por otro lado, el acceso a la presidencia de la FAM implica sin dudas un grato reconocimiento a mi trayectoria y experiencia profesional, además de representar un gran desafío, que espero poder conducir y llevar adelante de la mejor manera posible, poniendo mi mayor empeño, esfuerzo y dedicación, como lo hago con cada tarea que me toca asumir diariamente.
Las mujeres en altos cargos sirven como modelo para las generaciones más jóvenes y facilita que niños y niñas interioricen la creencia de que todos, sin distinción de género, ni de ningún tipo pueden aspirar a cargos de prestigio y posiciones de poder. Espero que se naturalice tanto que las mujeres ocupemos estos cargos que dejemos de ser noticia por eso.
Dju: ¿Confía en que a futuro haya mayor cantidad de mujeres en la Presidencia del organismo? ¿Qué tan difícil es para las magistradas asumir cargos de presidencia en la actualidad?
M.F.R: Confío y espero que la participación de las mujeres en cargos directivos como el que me toca hoy desempeñar, no solo se incremente sino que se sostenga a lo largo del tiempo, toda vez que la incidencia de las mujeres en espacios en los que se toman decisiones resulta insoslayable a los efectos de la construcción de una sociedad democrática e igualitaria. Actualmente el contexto social se ha modificado muchísimo, antes eran escasas las mujeres que presidían asociaciones de magistrados, en tanto que ahora sí las hay. Para las mujeres ocupar determinados espacios siempre resultó complejo en virtud de los estereotipos y distribuciones de roles culturalmente atribuidos. Desde mi experiencia personal he tenido el honor de ocupar diversos cargos dirigenciales y para llegar a ellos he tenido que atravesar muchas dificultades, que son las dificultades con las que solemos encontrarnos las mujeres para acceder a cargos de alto perfil profesional y directivo. La presencia de mujeres ocupando posiciones de autoridad contribuye a poner cuestionar el estereotipo social clásico; y cumple el rol simbólico de promover opciones menos tradicionales para las mujeres. Las mujeres en altos cargos sirven como modelo para las generaciones más jóvenes y facilita que niños y niñas interioricen la creencia de que todos, sin distinción de género, ni de ningún tipo pueden aspirar a cargos de prestigio y posiciones de poder. Espero que se naturalice tanto que las mujeres ocupemos estos cargos que dejemos de ser noticia por eso.
Dju: ¿Cuál es la situación actual de la Federación Argentina de la Magistratura? ¿Qué proyectos tienen de cara al 2022?
M.F.R: Respecto a la situación actual de la FAM, resulta relevante destacar que venimos trabajando fuertemente para elevar aún más el perfil institucional. La FAM se ha convertido en un referente en múltiples situaciones que se van presentado, somos un punto de encuentro y enlace de una red que abarca toda la Argentina a través de canales de comunicación y contención de los problemas planteados por las asociaciones de las provincias y de CABA. Nuestra impronta principalmente consiste en trabajar en la independencia del poder judicial, premisa en torno a la cual venimos elaborando diversos proyectos con alcance a todo el país. La FAM se ha pronunciado en forma contundente cuando ha visto amenazada la independencia en cualquiera de las provincias argentinas de la ciudad autónoma. En el entendimiento de que la independencia judicial es un imperativo ético que, si bien rige hacia adentro de las instituciones judiciales, sus efectos se expanden a la sociedad entera y se constituye en el núcleo de la confianza en el Poder Judicial. Tenemos la convicción que son los sistemas de justicia una verdadera garantía de la vida en democracia. Otro eje de nuestro trabajo es la perspectiva de género, para ello se ha creado una dirección específica en la materia –Dirección de género, igualdad y diversidad- a fin de seguir desarrollando políticas institucionales. La FAM debe tener un rol protagónico en este campo. Nos proponemos continuar con las capacitaciones en la materia; elaborar un mapa de género de todas las provincias argentinas y de CABA y una sistematización de la información de las respuestas que dan los poderes judiciales en los casos de violencia; etc. Mucho se ha hecho en materia de capacitación. Nos proponemos seguir haciéndolo, pero distribuido por materias a fin de que las/os operadores judiciales encuentren en nuestro espacio formaciones dictadas teniendo en cuenta las diferentes especialidades, como así también aquellas materias que son transversales. Es necesario continuar con el camino ya iniciado de vincularnos con la sociedad. Durante el 2021 la FAM, a través de diferentes actividades abrió sus puertas a la sociedad. En este sentido, vamos a profundizar los cambios realizados. Tenemos que continuar mejorando la comunicación judicial, nos proponemos ampliar los canales de comunicación interna –con nuestros asociados- como así también la externa – con la sociedad.
Dju: Al asumir mencionó: “Seguiremos trabajando con la mirada puesta en una justicia independiente y por una FAM federal”
La organización que presido tiene como misión profundizar el federalismo y la integración. Mantendremos el contacto permanente con las organizaciones de la magistratura de todas las provincias a fin de conocer sus demandas, inquietudes, problemáticas y proyectos. Intensificaremos la vinculación con la problemática y los sistemas judiciales de otros países, siendo parte nuestra organización de la Federación Latinoamericana (FLAM) y de la Unión internacional de Magistrados (UIM)