De amplia trayectora en el derecho civil y mercantil y,especialmente, en el ámbito del arbitraje, ejerciendo el cargo Presidenta de la Corte de Arbitraje de Madrid, Urquiola de Palacio fue designada en 2022 como presidenta de la Union Internacional de Abogados, en un breve paso por Argentina para presenciar la reunión del Comité Nacional Argentino de UIA, la letrada madrileña dialogó con Diario Judicial acerca del estado actual de la profesión, sus perspectivas y el rol de la abogacía en el contexto actual el, cual, más allá de los cambios sustanciales en las formas, "la esencia queda".
Dju:¿Cuál cree que es el papel de la abogacía en la sociedad actual?
Ser abogado es -como decía el que fuera Excmo. Sr Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, Ángel Ossorio y Gallardo, en su pequeño tratado “El Alma de la Toga”- ejercer “el noble y áspero ejercicio de pedir justicia”. En la Sociedad actual, el Abogado sigue siendo un agente de la Justicia y un garante de esta.
Creo firmemente en la función social de Abogado; y que como decía el Decano Ossorio, “Vestir la toga, ser abogado en definitiva, no es solo un medio de vida, que también, sino sobre todo una forma de vida que cumple una importante función social como agente necesario de la administración de justicia, y como primera línea de aplicación del Derecho como institución evitadora de conflictos mediante el asesoramiento y el consejo legal.”
La globalización de los mercados, la complejidad de las estructuras de la sociedad -con aparición de nuevos actores-, los deslizamientos entre tradiciones jurídicas, la aparición de “derechos blandos”… son realidades que requieren sin duda de los abogados adquirir nuevas habilidades y ha empujado en muchas ocasiones a la especialización de los abogados, teniendo hoy menos “abogados generalistas” que antaño y las estructuras de los despacho en muchas ocasiones han visto afectadas sus estructuras organizativas por toda esa mutación, pero la esencia de la profesión sigue siendo la misma.
¿El abogado/a puede ejercer su profesión como años atrás?
Las formas cambian, pero la esencia queda. Yo empecé a trabajar cuando los ordenadores personales no existían, no siquiera el uso del fax estaba generalizado, y la búsqueda de jurisprudencia se hacía en los índices de papel de los repertorios de modo artesanal, y luego había que leer decenas -cuando no cientos- de sentencias para encontrar antecedentes jurisprudenciales que pudieran servir para enfocar un asunto contencioso; y también la labor de asesoramiento de los clientes fuera del ámbito de la jurisdicción se tenía que hacer de modo mucho más artesanal. Hoy en día la implantación de la tecnología ha acelerado nuestras vidas, los clientes esperan una respuesta casi inmediata a cuestiones que antaño te tomaba días responder, y cuentan con tener al abogado permanentemente localizable. La globalización de los mercados, la complejidad de las estructuras de la sociedad -con aparición de nuevos actores-, los deslizamientos entre tradiciones jurídicas, la aparición de “derechos blandos”… son realidades que requieren sin duda de los abogados adquirir nuevas habilidades y ha empujado en muchas ocasiones a la especialización de los abogados, teniendo hoy menos “abogados generalistas” que antaño y las estructuras de los despacho en muchas ocasiones han visto afectadas sus estructuras organizativas por toda esa mutación, pero la esencia de la profesión sigue siendo la misma.
Se habla también de que con el avance de los programas de inteligencia artificial, el rol de los profesionales del Derecho podría ser reemplazado. ¿Tiene alguna opinión al respecto? ¿Es un tema que esta en la mesa de debate dentro de la UIA?
Efectivamente hay un gran debate entorno al uso de la Inteligencia Artificial en el ámbito del derecho, y se han realizado ya estudios de “justicia predictiva” para ver el grado de acierto de la IA en la previsión de las resoluciones judiciales, pero creo que las personas siempre necesitaran personas. Las relaciones interpersonales aportan algo que creo que la IA no sustituirá. En todo caso, la aplicación de la IA en el ámbito de la Justicia es una cuestión que efectivamente nos preocupa y ocupa en la UIA. Junto a esto, nuevas realidades como el metaverso, los NFTs, las criptomonedas, son objeto de estudio en UIA. También la regulación de todo ello.
Dju: ¿Cuáles son las principales preocupaciones que percibe por parte de los/las miembros de la institución que preside?
Estamos en un mundo convulso por haber sufrido una pandemia que ha causado una crisis en muchos ordenes -no solo en el económico-, y en algunos lugares se ha utilizado por las autoridades para recortar derechos y libertades, y se detectan signos de debilitamiento del Estado de Derecho. A esa situación ya grave, se suma una guerra en el corazón de Europa que dura ya más de un año, que está repercutiendo de modo global por estar afectando por ejemplo al mercado global de energía. En ese sentido si que se detecta incertidumbre entre los miembros de la UIA, pero junto a ello voluntad de lucha por la defensa del Estado de Derecho y por la defensa del Derecho de Defensa.
Dju: ¿Qué es lo que la motiva de ejercer este rol presidencial?
Llevo años muy activa en la UIA y he desarrollado en la Asociación distintos roles. Unos meses antes de llegar la pandemia, algunos compañeros de la asociación me habían preguntado si me presentaría a la elección como Vice-Presidente -que es paso previo para llegar a ser Presidente-. En ese momento dije que, dado que la presidencia llega tras un año como Vice-Presidente y un año como Presidente Electo, no me parecía que vitalmente me encajara presentarme en la siguiente oportunidad, porque para cuando llegara la Presidencia tendría a mis hijos -Rafael, Javier y Luis- con 16, 15 y 14 años, y que quizás no era la mejor edad para que yo tuviera que viajar mucho -como requiere la presidencia de esta Institución-. Pero llegó la pandemia, y pensé que ese momento -en que se percibía el reto al que en todos los órdenes nos íbamos a enfrentar como sociedad global- era tiempo de dar un paso al frente.
Dju: ¿Qué le podría decir a las nuevas generaciones de abogados/as?
A las nuevas generaciones de abogados les digo que deben ser conscientes de que un abogado tiene que acompañar a su cliente y asistirle, y que eso - hoy en día en una sociedad totalmente globalizada y con economías también globalizadas- implica que no podemos quedarnos en nuestra zona de confort y que debemos abrirnos al mundo. A ese efecto, para abrirse al mundo, recomiendo acercarse a la UIA. La UIA es la más veterana asociación de abogados del ámbito internacional (creada en 1927). Es una institución global -con miembros en más de 110 países- y multicultural -no solo por emplearse como idiomas de trabajo el español, el francés y el inglés, si no por estar presentes e interactuar e intercambiar conocimientos abogados de tradiciones jurídicas diversas-. Todo ello se desarrolla en un ambiente de convivialidad que hace que, más allá de construir una red profesional global -abierta a cualquier abogado, pertenezca a un despacho grande, mediano, pequeño o ejerza en solitario-, sus miembros encuentren verdaderos amigos con los que compartir. Tenemos unas tarifas reducidas para estudiantes y jóvenes y les invito a unirse y probar la experiencia..