En la causa “S. L., M. E. c/ P., L. S. s/Daños y Perjuicios”, la Sala L de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil -integrada por Gabriela Alejandra Iturbide y Marcela Pérez Pardo- confirmó que los dueños de un perro deberán pagar el tratamiento psicológico futuro a un niño que fue mordido.
El menor jugaba en una plaza de la ciudad de Buenos Aires, cuando fue mordido por un perro que se encontraba suelto y sin bozal. La mordida le generó una herida en la zona del glúteo.
En primera instancia se admitió la demanda y reconoció la suma de $90.000 por daño moral, $1.000 por gastos médicos, de farmacia y traslados, y $30.000 en concepto de tratamiento psicológico futuro. En el caso no se reclamó en la demanda indemnización por incapacidad física sobreviniente ni daño psicológico.
Según consta en la causa, el menor “(…) padece fobia específica de tipo animal, de desarrollo reactivo de grado leve” y el perito recomendó la realización de un tratamiento psicoterapéutico de 12 meses de duración, con frecuencia semanal.
“(…) cuando el perito determina que el trastorno mental que presenta la víctima justifica un tratamiento por especialistas, indicándolo al juez, aquélla puede percibir ese monto, como un rubro más del resarcimiento, incluso en el caso de que decida no hacer ningún tratamiento, y cargar con el peso de su malestar”, explicó el Tribunal de Alzada al analizar el recurso de apelación.
Las juezas también elevaron a $ 250.000 el monto por resarcimiento del daño moral a favor de la víctima y a $ 10.000, a valores históricos, la reparación para los gastos médicos, farmacéuticos y de traslado.
Y añadió: “La frecuencia y duración siempre serán estimativas, y también tendrán el sentido de una orientación para el juez, pues está claro que nadie puede predecir con certeza cuándo se curará una persona, o cuando la mejoría que ha obtenido ya es suficiente”.
“En ese contexto, lo científico llega hasta el momento de establecer que, por la patología que el perito ha detectado, la persona necesita o puede beneficiarse con un tratamiento. A partir de ese momento, se pone en juego un criterio de apreciación, tanto para la distribución de los porcentajes, como para la duración y costos de tratamiento”, dijeron las magistradas y así fijando en $ 75.000 la reparación en concepto de tratamiento psicológico futuro.
Las juezas también elevaron a $ 250.000 el monto por resarcimiento del daño moral a favor de la víctima y a $ 10.000, a valores históricos, la reparación para los gastos médicos, farmacéuticos y de traslado. Para así decidir, tuvieron en cuenta las lesiones temporarias sufridas por el damnificado, sus condiciones personales y en particular, la necesidad de atravesar tratamientos antirrábicos con el consiguiente impacto en la vida cotidiana y de relación de la víctima.