Todo comenzó en febrero de 2019 cuando dos vehículos corrieron una picada clandestina en el camino Intercountry. Un VW Vento y un Peugeot 208 aceleraron a fondo -140 kilómetros por hora (km/h), pese a que la velocidad máxima permitida en esa arteria era 60 km/h- hasta despistar provocando un fatal accidente: dos jóvenes perdieron la vida.
A casi cinco años de la tragedia, el Juzgado Civil y Comercial de 45° Nominación de Córdoba condenó a un automovilista a pagar una indemnización a los padres de una víctimas. El monto actualizado alcanza la suma de 400 millones de pesos.
El juez Héctor Daniel Suárez, además de ordenar el pago de la indemnización correspondiente, le impuso al demando la obligación de realizar cursos sobre seguridad vial con un mínimo de diez horas cátedras. El magistrado determinó que esta actividad debe cumplimentarse de manera presencial, bajo apercibimientos de astreintes, dentro del año posterior a quedar firme la sentencia, en instituciones reconocidas como Luchemos por la Vida, Asociación Civil Trabajar contra la Inseguridad Vial, Fundación Conducción Consciente o en la Municipalidad de Córdoba.
También exhortó al municipio local y a la Policía de la Provincia de Córdoba para que intensifiquen los controles callejeros de alcoholemia y exceso de velocidad en los horarios y los lugares donde suelen realizarse estas picadas como así también cualquier actividad que pongan en riego a los ciudadanos.
Según la investigación, el demandado conducía de manera antirreglamentaria ya que tenía una graduación alcohólica de al menos 76mg % y, en ciertos tramos, su vehículo alcanzó los 140 km/h, pese al pedido de las pasajeras para que bajara la velocidad. Cuando los automóviles llegaron a la rotonda ubicada frente al ingreso del barrio Lomas de La Carolina, el demandado perdió el control del rodado e impactó contra unos postes de madera. El vehículo comenzó a dar vuelcos y lanzó hacia la vía pública a dos de los ocupantes que viajaban en el asiento trasero, quienes cayeron sobre la carpeta asfáltica y perdieron la vida.
“Son tantas las infracciones a las reglas de tránsito que tarde o temprano, a un conocido, amigo, familiar, o uno mismo se encontrará con la bala en la recámara”, ejemplificó en la sentencia y agregó: “El precio que se paga por la movilidad sigue siendo demasiado alto”.
Para el magistrado, la conducta del demandado no se trató “de un mero incumplimiento a una norma reglamentaria, sino del apartamiento consciente de los claros mandatos de la ley, despreciando la seguridad de los acompañantes, de la suya propia, y de ocasionales usuarios de la vía pública”.
Asimismo, el sentenciante reflexionó sobre el grave problema de la inseguridad vial en el país. “La Argentina ocupa el primer lugar en el ranking de muertes por accidentes en las rutas, de acuerdo con una estadística internacional que incluye a 38 países de todos los continentes”, recordó y agregó tal y como está en la actualidad el transito urbano, “la incertidumbre de regreso al hogar sano y salvo puede ser equiparada al nefasto juego de la ruleta rusa”.
“Son tantas las infracciones a las reglas de tránsito que tarde o temprano, a un conocido, amigo, familiar, o uno mismo se encontrará con la bala en la recámara”, ejemplificó en la sentencia y agregó: “El precio que se paga por la movilidad sigue siendo demasiado alto”.