Los jueces trasandinos entendieron que no se daban las condiciones legales para la extradición de Contreras y utilizaron el mismo argumento que en el caso Prats: Contreras debe ser procesado para ser requerido. Por eso, ahora no se descarta que Canicoba Corral siga los pasos de su colega María Servini de Cubría y decida viajar a Chile para tomarle declaración indagatoria al militar, sindicado como la “mano derecha” de Pinochet durante los años mas negros de su régimen de facto.
En la investigación por el asesinato en Buenos Aires del ex jefe del Ejército chileno Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, la juez Servini viajó tres veces a Santiago de Chile para interrogar a los inculpados, a los que luego procesó. Con los procesamientos en la mano y reafirmados en la Sala II de la Cámara Federal, Servini insistió con las extradiciones, que aún se encuentran bajo análisis de la justicia chilena.
El único al que Servini no pudo interrogar aún es al ex dictador Augusto Pinochet, que ha logrado eludir a la magistrada argentina con argumentos similares a los usados para “zafar” de ir a la cárcel por las acusaciones de genocidio en el caso de la “Caravana de la Muerte”, por el que fue procesado tras su retorno a Chile luego de su detención en Londres, entre octubre de 1998 y marzo de 2000.
En la causa por el Plan Cóndor, Canicoba Corral procesó con prisión preventiva al ex dictador argentino Rafael Videla, y pidió la extradición del ex presidente de facto paraguayo Alfredo Stroessner y del ex dictador boliviano Hugo Bánzer Suárez. Hace pocas semanas, la Corte Suprema de Bolivia negó la extradición de Bánzer, quien sin embargo no puede salir de su país por el pedido de captura internacional librado por el magistrado argentino.
Diariojudicial.com pudo saber en fuentes de la causa que se recibió una carta de los supremos bolivianos advirtiendo que el estado de salud de Bánzer era “muy delicado” (está en la faz terminal de un cáncer de hígado y pulmón.