Tras sucesivos intentos frustrados por alcanzar los 129 legisladores requeridos, el oficialismo reforzó sus filas con la jura de tres nuevos diputados, y de ese modo tratar de no depender del radicalismo, que se mantiene en la tesitura de enjuiciar a la Corte, para no pagar costos políticos. El miércoles de la semana pasada se estuvo a sólo un voto de alcanzar el quórum.
De todos modos, se preveía que los radicales iban a plantear una moción de privilegio al comienzo de la sesión para que el dictamen acusatorio sea devuelto a comisión.
El titular de la bancada radical, Horacio Pernasetti, advirtió que si el PJ. obtenía el quórum propio ellos iban a bajar a debatir. El ARI de Elisa Carrió, junto con sectores del peronismo y partidos de izquierda también sostenían que iban a dar pelea.
En una extensa reunión de la Comisión de Labor Parlamentaria –interrumpida por interminables conciliábulos entre legisladores de distintos partidos—se acordó tratar las modificaciones al Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) y la prórroga por 90 días para la cancelación de deudas con títulos públicos, que se convirtió en ley.
En Tribunales, los detalles de la sesión eran seguidos con expectativa, mientras que se mantenía la incógnita acerca de la forma en que los diputados encararían los cargos contra los ministros.
De todos modos habría una corriente mayoritaria de legisladores opositores que buscaría al menos el juicio contra aquellos jueces que acumularon un mayor número de cargos en su contra.