A comienzos del año pasado el Consejo aprobó que los aspirantes a jueces que se presenten a un concurso público deberán efectuar “un examen psicológico y psicotécnico” con el objetivo de “determinar su aptitud para el desempeño del cargo que en cada caso se concurse”. Es decir, deben visitar al psicólogo.
La nueva iniciativa, presentada por el consejero Beinusz Szmukler, va más allá e impone efectos de retroactividad. “Estando implementado en forma relativamente reciente el examen referido, puede haber ternas anteriores a su vigencia que incluyan a alguna persona que en posterior examen para otro concurso fue declarada “no apta” por el cuerpo médico especializado” fundamenta el consejero para proponer excluir al candidato de las ternas de las que ya participaba cuando sea calificado como no apto para ocupar el cargo de juez en un nuevo concurso.
En el caso de que la terna haya sido elevada al Poder Ejecutivo se “procederá a comunicarle en forma inmediata y reservada la calificación que el postulante hubiese recibido en el concurso posterior”.
El proyecto también articula que un juez subrogante “será inmediatamente relevado de tal función por la Comisión que lo designó” cuando le resulte negativo el examen psicológico realizado en el marco del concurso en el que este postulado.