Para el tribunal quedó “suficientemente acreditada la existencia de la organización Hammerskin España, compuesta por una pluralidad de personas, entre los que se encuentran todos y cada uno de los acusados (...), asociación cuyo fin, de acuerdo con la ideología de sus miembros y en aplicación de la misma, es promover la discriminación, el odio o la violencia contra personas, grupos o asociaciones por razón de su ideología, religión o creencias”.
“Su finalidad es extender el odio y la violencia como consecuencia de la homofobia, xenofobia y antisionismo que sienten, propagando dichos sentimientos entre otras personas a través de la realización de conciertos de música en los que intervienen grupos que cantan canciones cuyas letras reflejan la citada ideología y con la distribución de publicaciones y discos que contienen y difunden dichas ideas”, agregó el fallo.
Con la sentencia, Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia expresó “hay que felicitarse por la sentencia” y agregó que, esta “supone un avance para la lucha contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia”. Además remarcó un triunfo innegable que manda un mensaje: este tipo de grupos son ilegales, y su pertenencia como militantes o dirigentes va a estar sancionado penalmente”, agregó.José Eduardo Chapela Herrero, considerado el máximo responsable de la organización, fue condenado a dos años y seis meses de prisión por el delito de asociación ilícita, al igual que Ángel Martínez, a quien además se lo condenó por tenencia ilícita de armas. Por su parte los trece restantes recibieron una condena de un año y medio de prisión, aunque la Fiscalía solicitaba tres años de cárcel para Chapela y dos para el resto.
Uno de los testigos de la causa fue un periodista que se infiltró en la organización y tiempo después publicó el libro “Diario de un skin”. Para el tribunal su testimonio fue una prueba de la existencia del grupo en el país ibérico.
Este grupo fue desmantelado en febrero de 2003 a partir de una operación desarrollada por la Guardia Civil. En los registros realizados tras las detenciones, se encontraron diversos objetos que daban cuenta de la visión racista: puños americanos, hachas, bates de béisbol, pistolas de aire comprimido y de fogueo, así como diverso material con simbología nazi.