Un Juzgado de Paz de la provincia de Río Negro realizó un estudio que preocupa: en lo que va de enero de 2012 las denuncias por violencia en hogares aumentaron casi un 25% en relación al mismo mes de 2011.
“Mucho antes se trataba de conflictos por relaciones de pareja, pero ahora se suman además problemas de padres e hijos y adultos mayores con sus hijos ya sea por el manejo de los bienes económicos de los ancianos o por el cuidado de éstos”, aseveró con preocupación la jueza de Paz subrogante, Norma Rapimán, de la ciudad de Cipolletti, en Río Negro.
Es que la magistrada mostró preocupación al afirmar que el órgano judicial que dirige recibió, con respecto a enero de 2011, un 25% más de denuncias por violencia familiar en lo que va de este mes.
“En la mayoría de los casos son muy pocos los hijos que se hacen cargo de sus padres, sino que los dejan en manos de un tercero al que pagan para que pueda asistirlo y cuidarlo. Por una cuestión de tiempo o de paciencia no pueden cuidar de sus padres”, precisó Rapimán a medios locales.
Según afirmó, la mayoría de los casos debió ser resuelta sin la previa celebración de una audiencia ya que por el caudal que se presentó no hubo tiempo para que se desarrollen todos los procedimientos necesarios en torno al tratamiento de los casos que, hoy en día, constituyen una de las problemáticas más graves que afronta el Poder Judicial.
“Se han dispuesto en su mayoría prohibiciones de acercamiento. En dos ocasiones solamente fueron necesarias exclusiones del hogar”, consignó la magistrada, quien a su vez destacó el rol del organismo judicial que conduce a la hora de facilitar el diálogo de las partes.
Como contraparte, resaltó que solo hubo que llevar a cabo la intervención policial en un caso. Esto fue debido a que un hombre, alcoholizado, tuvo un conflicto con su pareja que vivía en un sector distinto de la casa por un preacuerdo. “Cuando hay actuación policial, la policía lo primero que aconseja o sugiere es que el hombre se retire del hogar a los fines de menguar el problema”, señaló Rapimán.
Entre otras cosas, destacó que uno de los principales problemas es la falta de diálogo: “La mayoría te dice que llegaron a esta instancia por falta de diálogo. Viven la vida porque la viven, no se sientan a tomar un mate a la tarde cuando vienen de trabajar”.
“Falta ese diálogo que se va estableciendo con dos o tres palabras pero que se va dando poco a poco. No hay tolerancia en nada y ahora ya es neto irse directamente a los agravios y después a las manos. En todos los casos se da ese ataque y contraataque que es grave”.
“En la feria el juzgado, la policía y salud pública tenemos una muy buena relación para comunicarnos rápidamente ante los casos que se presentan”, aseguró la jueza, en relación a la tarea que realizan en conjunto con otros organismos estatales a través de la Unidad Ejecutora Local (UEL) para tratar los casos de violencia doméstica.