Un Juzgado de EEUU confirmó la demanda presentada por el dueño del World Trade Center contra las compañías aéreas American Airlines y United Continental por el histórico atentado de 2001. El denunciante podría recibir más de 2.000 millones de dólares en compensación.
El 11 de septiembre de 2001 fue un día particular en el mundo entero. Algunos se enteraban de madrugada, mientras que en Argentina muchas personas desayunaban con una noticia digna de una historia increíble de complots e intercambios beligerantes, pero no se trataba de una broma o algo irreal: la seguridad aérea de Estados Unidos había sido violada y dos aviones comandados por terroristas fueron estrellados contra las torres gemelas, uno de los centros operativos más importantes para el comercio mundial.
Esa situación derivó en, además de una tragedia, un conflicto entre el fundamentalismo musulmán, por el que el Gobierno estadounidense, entonces presidido por George Bush, decidió atacar a Afganistán sin previo aviso.
Pero mientras las fuerzas armadas se dirigían a Medio Oriente, otro conflicto se desarrolló en tierras americanas, y esta semana tuvo un nuevo comienzo. Es que más de diez años después del hecho, un juez del estado de Nueva York aceptó la demanda presentada por el dueño del World Trade Center, quien denunció por lo ocurrido a las compañías aéreas American Airlines y United Continental.
En primer lugar, el demandante reclamó más de 8.000 millones de dólares a las empresas, pero el magistrado realizó una adecuación del monto y lo redujo a 2.400 millones, una cifra que no deja de ser sumamente elevada.
De todas formas, y con esta aclaración mediante, el juez federal del Distrito Sur de Nueva York, Alvin Hellerstein, entendió que el reclamo del dueño de las torres gemelas era concluyente. El argumento, fundamentalmente, es que las compañías tienen responsabilidad por no haber evitado que los terroristas suban a los aviones y los comanden posteriormente.
En tanto, el magistrado destacó que el nuevo monto resarcitorio establecido está adecuado al dinero que pagó el propietario por la concesión del espacio que había adquirido por 99 años, a costas de las autoridades portuarias de Nueva York y Nueva Jersey.
Por su parte, los defensores letrados de las aerolíneas se defendieron alegando que el dinero invertido para acceder al World Trade Center ya había sido devuelto por las compañías aseguradoras del complejo.
Pero el juez respondió que sin un juicio mediante no podía determinar si la posición de las empresas era ajustada a derecho, razón por la cual entendía que era necesario llevar a cabo el proceso. En este sentido, Hellerstein indicó: "Antes de un juicio, soy incapaz de alcanzar esas conclusiones".