“La violencia se está naturalizando”, afirmó Silvia Borsellino, titular del “Fondo de Mujeres del Sur”, al revelar los datos de la Oficina de Violencia Familiar de Santiago Del Estero. Los números no son alentadores y la problemática de la violencia de género parece no tener techo. ¿Las explicaciones? Los factores son muchos y los especialistas tienen problemas al enumerarlos, pero lo cierto es que muchas veces las víctimas se encuentran en una situación de desamparo.
El organismo santiagueño reveló que durante el año pasado se registraron 1.529 casos de violencia familiar y de género, lo que constituyó un 60% más con respecto a 2011. Durante lo que va de 2013 ya se realizaron más de 30.
Borsellino remarcó su posición en este sentido: “Seguimos en una situación de naturalización de la violencia de género”.
Al respecto, la titular del organismo que vela por los derechos de las mujeres consignó que “hay una combinación de factores que están operando y por eso la violencia hacia las mujeres es sistemática y cada vez se va agravando más por el grado de saña con el que se las maltrata”, en orden a tratar de explicar la problemática.
Al mismo tiempo, criticó la “la condena leve que hay”, porque “en la medida en que las reacciones por parte de la Justicia y de la Policía no sean inmediatas, urgentes y aleccionadoras, esto no va a cambiar”.
Para plantear una de las razones que permiten que la impunidad de los hombres que hacen víctimas a las mujeres siga en aumento, Borsellino aseveró que “los mecanismos de castigo son débiles, así que en esa medida él sigue teniendo permiso para seguir violentándose”. Entendió que un hombre que golpea a una mujer también es conciente de los peligros que puede correr en términos penales.
De este modo, el golpeador no le tiene miedo al sistema “porque no tiene una sanción, ni judicial ni penal ni social que sea realmente dura”.
Para graficar esta situación, recordó el caso de un funcionario que golpeaba a su mujer, y entonces, “la mujer usó las redes sociales para hacer su descargo porque era el único medio con el que contaba para no sentirse vulnerable”.
Borsellino remarcó el hecho de que “las mujeres son las víctimas, no son las que promueven o las que provocan la violencia como ellos pretenden hacerles creer”, a la vez que agregó que “hay una complicidad social en lo que es la violencia de género, porque legitimamos que los hombres tengan libertades para hacer ciertas cosas y las mujeres no”.
Para finalizar, concluyó que “en la medida en la que social y culturalmente miremos para otro lado, indudablemente esto nos va a seguir pasando”.
dju
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